El inesperado obsequio que ha enviado el Papa al Patriarca Ortodoxo

El Papa Francisco ha enviado unas reliquias de San Pedro al Patriarca Ortodoxo Bartolomé I

El inesperado obsequio que ha enviado el Papa al Patriarca Ortodoxo

José Luis Restán

Publicado el - Actualizado

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El Papa Francisco ha hecho llegar un inesperado obsequio al Patriarca Ortodoxo Bartolomé I, y ha provocado mucha emoción. El pasado 29 de junio, festividad de San Pedro y San Pablo, el Papa envió al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, un obsequio singular e inesperado: un relicario con nueve pequeños fragmentos óseos del apóstol Pedro.

El Papa Pablo VI ordenó sacar de la tumba esas reliquias y las depositó en una urna que hasta ahora se guardaba en los apartamentos pontificios. El pasado viernes 13 de septiembre, el Papa envió una carta al Primado de la Iglesia Ortodoxa explicando los motivos profundos de este gesto.

“En la paz que viene de la oración, escribe Francisco, sentí que tendría un significado importante que algunos fragmentos de las reliquias del apóstol Pedro fueran colocados junto a las reliquias del apóstol Andrés, que es venerado como el patrono celestial de la Iglesia de Constantinopla. Se trata de confirmar visiblemente el camino exigente hacia la unidad que ambas Iglesias han emprendido; Francisco subraya que continuar ese camino requiere sobre todo una conversión espiritual y una renovada fidelidad al Señor. 

El hecho de que estas reliquias del apóstol Pedro estén a partir de ahora junto a las de su hermano Andrés en la sede de Constantinopla, será un recordatorio y un estímulo constante para que las diferencias que surjan entre católicos y ortodoxos no sean un obstáculo para nuestro testimonio común y nuestra misión evangelizadora, en un momento en que la humanidad tiene la tentación de construir un futuro excluyendo a Dios.

Por su parte el Patriarca Bartolomé ha mostrado su emoción y gratitud por este regalo ofrecido por el Papa fuera de todo protocolo, y lo ha considerado un nuevo hito, un paso crucial en el diálogo de la caridad iniciado hace más de cincuenta años por sus predecesores, San Pablo VI y el Patriarca Atenágoras. Un diálogo que hoy se pone también bajo la bendición del santo apóstol Pedro.

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