El orfanato que el Papa Francisco hubiera visitado en el Congo: "Un panorama sobrecogedor"

Ángel Expósito, con su equipo de La Linterna de COPE, visitó la casa pediátrica del padre Hugo, que lleva décadas recogiendo a los niños abandonados de Kimbondo

Redacción Religión

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Es sobrecogedor, no hay palabras”. Un emocionado Ángel Expósito explica así la labor del padre Hugo, un claretiano chileno de más de 80 años que sigue recogiendo a niños abandonados en las calles del Congo que padecen enfermedades como epilepsia, esquizofrenia o parálisis cerebral. Son las calles que hubiera recorrido el Papa Francisco en su viaje al país que ha sido aplazada y que el equipo de La Linterna de COPE visitó por este motivo.

De hecho, este 1 de julio, el secretario de Estado del Vaticano Pietro Parolin visitará el país como muestra de la solidaridad del Pontífice con "las queridas poblaciones africanas" a las que no podrá visitar en persona por el momento debido asus problemas en la rodilla.

Un ambiente que no ha hecho más que empeorar

Obsesionado por ser misionero y médico en África, el padre Hugo llegó en 1981 a las misiones de Camerún, donde trabajó por once años sanando cuerpos y almas. Abrió consultorios para los más pobres y abandonados, en medio de un continente devastado por el sida, horrendas epidemias e infecciones propias de la pobreza y la falta de recursos higiénicos.

En 1989 llegó a la República Democrática del Congo con la misión de fundar un pequeño consultorio. En 2022 el consultorio es un hospital que recibe a más de 800 niños enfermos y necesitados totalmente gratis.

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Y es que la vida en el interior del Congo es dura. Por eso, no es extraño que la mayoría de los habitantes de Kimbondo —como de muchos otros barrios periféricos de Kinshasa— sean familias de medios rurales que se han desplazado hacia la capital buscando una mejora económica, o medios para educar a los hijos.

Desgraciadamente, el último decenio ha sido especialmente inestable y el paro ha aumentado desorbitadamente, provocando un ambiente de miseria que la guerra no ha hecho más que empeorar.

Niños "endemoniados"

Tal y como explica Expósito, "el considerarlos endemoniados" es la causa del abandono de miles de niños en la República Democrática del Congo, acusados de estar ‘embrujados’ o endemoniados, a veces incluso por motivos banales como por ser niños nerviosos.

Estos niños se convierten en objeto de abusos, que culminan con su expulsión de la familia. A menudo es el mismo pequeño el que huye para evitar el maltrato. El fenómeno afecta a los niños más vulnerables, los huérfanos y los que viven en las calles. Este es solo un ejemplo de la labor de la Iglesia en estos barrios.

Pobreza extrema

Además, los años de guerra han consumido el país. La pobreza extrema, los continuos desplazamientos y el flujo migratorio hacen muy difícil el acceso a unas condiciones de vida dignas. 4,7 millones de niños en edad escolar no asisten a la escuela. El 71% de la población no tiene acceso a saneamiento, ni a fuentes adecuadas de agua potable, ni a una sanidad básica. 1 de cada 3 niños no están vacunados contra el sarampión y la malaria es una plaga que sesga cada año miles de vidas. La malnutrición es otra de las terribles consecuencias de la guerra. Un alarmante 31% de los niños y niñas menores de cinco años están bajos de peso.

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