¿Por qué era necesaria una nueva constitución sobre la Curia Romana?

Entra en vigor la Praedicate Evangelium, una reforma que no es un fin en sí misma, sino un medio para el testimonio cristiano, para una más eficaz evangelización

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En el día de Pentecostes entra en vigor Praedicate Evangelium, la esperada Constitución Apostólica que aborda la nueva reforma de la Curia Romana, después de casi 35 años de vigencia de la Pastor Bonus, promulgada en 1988 por san Juan Pablo II. Un nuevo documento que quiere ser una ayuda para el Papa en el gobierno de la Iglesia universal que va a influir, sin duda, en la Iglesia de los próximos años. ¿Por qué era necesaria una nueva constitución sobre la Curia Romana?¿En dónde está la novedad?¿Qué principios son los que la regirán? Comparto unas breves notas que nos pueden situar ante este nuevo documento del papa Francisco.

Misionariedad

El anuncio de la salvación que se nos ofrece en Jesucristo es el eje sobre el que gira la nueva constitución. La misión es la razón de ser de la Iglesia. Su naturaleza más profunda, decía Pablo VI. La Iglesia existe para evangelizar. Toda reforma en la Iglesia quiere responder a esta profunda vocación y está en función de ella. Praedicate Evangelium insiste, pues, en esta dimensión. No podía ser de otra forma. La reforma de la Curia Romana no es un fin en sí misma, sino un medio para el testimonio cristiano, para una más eficaz evangelización.

Continuidad y novedad

La insistencia de Praedicate Evangelium en la naturaleza misionera de la Iglesia es algo que va en continuidad con el Magisterio que viene desde el Vaticano II. Lo mismo sucede con la insistencia de la nueva Constitución en la naturaleza comunional de la Iglesia. La Iglesia es Misterio de comunión y misión. Esta doble insistencia de Praedicate Evangelium no supone gran novedad. El Concilio sigue siendo la brújula. En continuidad con los orígenes y con la Tradición, las exigencias de las condiciones cambiantes de los tiempos hacen necesarios los cambios y los ajustes. La razón de ser de la Iglesia, la evangelización, requiere introducir los cambios que permitan esa armonización. Praedicate Evangelium quiere responder a las exigencias de esta nueva etapa evangelizadora.

Todos discípulos-misioneros

La renovación quiere incidir en los principios, pero, sobre todo, en las personas. Sería necio, decía Einstein, esperar resultados diferentes con las mismas variables de siempre. La Curia Romana necesita, antes que nada, personas nuevas; más aún, personas renovadas. El matiz es importante. En los últimos decenios, el Pueblo de Dios ha ido tomando mayor conciencia de que todos somos discípulos-misioneros. La misión no es cosa de “especialistas”. El Papa, los cardenales, obispos y el clero en general no son los únicos encargados de llevar la misión adelante. Es tarea de la Iglesia toda. Así, Praedicate Evangelium introduce elementos que nos ayudarán a caminar hacia cierta “desclericalización” de la Curia Romana y hacia una modernización y cualificación de la misma facilitando que los laicos, como es lógico, puedan tener las máximas responsabilidades en cargos de gobierno. Por otro lado, la nueva normativa facilitará también la renovación del personal limitando el tiempo de su servicio al Papa y a la Iglesia en los cargos. No será tarea fácil, pero ahí están los criterios.

Servicio

El verdadero poder es el servicio. Es un subrayado importante de Francisco desde el principio de su pontificado. No puede entenderse el trabajo en la Curia Romana al servicio del Papa si no es desde esta perspectiva. La Curia Romana no puede ser un ámbito de poder, sino de verdadero servicio al Papa, a las conferencias episcopales, a los obispos y, desde ahí, a toda la Iglesia. Todos servidores y colaboradores. Los criterios de transparencia, colaboración, buena comunicación, selección del personal para un tiempo limitado (cualificación, renovación, vida espiritual…) están en función de esta visión que, sin duda, fortalecerá la comunión eclesial y la eficacia del servicio.

Ejemplaridad

La Praedicate Evangelium que aplica para la Curia Romana se convertirá en un ejemplo para otras curias en las iglesias locales. Sus criterios y, sobre todo, sus principios de fondo se extenderán “capilarmente” a toda la Iglesia, incluso a las parroquias y a todo tipo de asociación y grupo. Un nuevo estilo aparece en la nueva constitución que no puede sino ser difusivo de sí. Sancionar no solo unas normas, sino un estilo implícito en los criterios y principios que aparecen en el Preámbulo de Praedicate Evangelium hace que sea difícil la vuelta atrás. La reforma irá tomando cuerpo poco a poco. No es tarea de un día para otro. Que entre en vigor canónicamente no significa que lo haga existencialmente. Como todo documento y todo cambio, requiere su “recepción”.

Praedicate Evangelium es un nuevo documento normativo, fruto de un trabajo coral sesudo, lento y muy colaborativo (sinodal, diríamos hoy), que ha querido responder a las exigencias de los propios cardenales reunidos en las sesiones del precónclave a la elección de Francisco. Él mismo ha impulsado desde el principio esta tarea que ahora toma cuerpo, consciente de que la Iglesia no es el Papa, sino que Él tan sólo es parte y colabora en ella desde su ministerio específico de confirmar a los hermanos en la fe y presidir a todas las Iglesias en la caridad.

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