Una familia ucraniana y una rusa caminarán juntas por la paz en el Vía Crucis del Coliseo

Este año las familias estarán en el centro del Via Crucis desde el Coliseo y también llevarán la cruz de las 14 estaciones

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Redacción Religión

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Con motivo del año dedicado a la familia con el que la Iglesia celebra los cinco años de la exhortación apostólica Amoris Laetitia, el Papa Francisco ha decidido confiar la elaboración de los textos de las meditaciones y oraciones del Vía Crucis del Viernes Santo a las familas.

Tal y como ha informado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, “estas familias están vinculadas a comunidades y asociaciones católicas de voluntariado y asistencia”.

En base el tema elegido, serán las propias familias las que lleven la cruz entre una estación y otra. Después de haberse celebrado en la Plaza de San Pedro durante dos años debido a la emergencia por el coronavirus, este 15 de abril la celebración volverá a desarrollarse en el Coliseo.

Hay familias en su vida cotidiana, las alegrías del amor compartido, los problemas de pareja, las preocupaciones por los hijos, el sufrimiento de la enfermedad, el dolor de la pérdida del cónyuge en las meditaciones del Vía Crucis. Y están los que viven la guerra, como el pueblo ucraniano y ruso, que desde hace más de un mes son protagonistas de un conflicto que sigue registrando muertes atroces, y los que han tenido que dejar su país para buscar un futuro en otro lugar y sufren al ser llamados sólo migrantes.

La Pasión que se contará en el Coliseo el Viernes Santo es la de Cristo, pero encarnada en la vida cotidiana de tantos hogares. Los textos escritos por un joven matrimonio (estación I), una familia en misión (estación II), una pareja de ancianos sin hijos (estación III), una familia numerosa (estación IV), una familia con un hijo discapacitado (estación V), una familia que dirige un hogar-familia (estación VI), una familia con un padre enfermo (VII), una pareja de abuelos (VIII), una familia adoptiva (IX), una viuda con hijos (X), una familia con un hijo consagrado (XI), una familia que ha perdido una hija (XII), una familia ucraniana y otra rusa (XIII) y una familia de emigrantes (XIV).

Las dos familias caminarán juntas por la paz

Este lunes, 11 de abril, se ha conocido la noticia que el texto de la meditación de la estación XIII ha sido escrito por una familia ucraniana y una familia rusa. Las dos familias han sido las encargadas de preparar juntas uno de los textos de las meditaciones para el Vía Crucis que el Papa presidirá este Viernes Santo en el Coliseo. Estas dos familias caminarán juntas por la paz llevando la Cruz en una de las estaciones.

Las dos familias hacen un resumen de todo lo que ha cambiado su vida por culpa de la guerra: “La vida parece perder valor. Todo cambia en segundos. La existencia, los días, la nieve del invierno, ir a recoger a los niños al colegio, el trabajo, los abrazos, las amistades...todo. De repente todo pierde su valor”.

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La meditación de las dos familias

Las dos familias le preguntan al Señor: “¿Dónde estás Señor? Dónde te escondes? Queremos nuestra anterior vida. ¿Por qué nos has abandonado? ¿Por qué has abandonado a nuestros pueblos? ¿Por qué dividiste a nuestras familias así? ¿Por qué ya no tenemos ganas de soñar y de vivir? ¿Por qué nuestras tierras se han vuelto oscuras cómo el Gólgota?”.

Las lágrimas se han ido y la ira ha dado paso a la resignación. Sabemos que nos amas, Señor, pero no sentimos este amor y esto nos vuelve locos. Nos despertamos por la mañana y somos felices por unos segundos, pero luego recordamos de inmediato lo difícil que será reconciliarnos”, escriben las dos familias. Por último, invocan al Señor porque habla "en el silencio de la muerte y de la división", enseñando "a hacer las paces, ser hermanos y hermanas, reconstruir lo que las bombas querían aniquilar".

La meditación de la familia de migrantes

En la última estación, una familia de emigrantes se confiesa, tras duros viajes, percibidos como una carga en el país de acogida. "Aquí hay muchos números, categorías, simplificaciones. Sin embargo, somos mucho más que inmigrantes. Somos personas", se puede leer entre las líneas de la 14ª estación. "El cuerpo de Jesús está depositado en el sepulcro", junto con sus sacrificios y su pasado. Pero no hay resignación en sus palabras, sino esperanza. "Sabemos que la gran piedra que está a la puerta del sepulcro será removida un día", concluyen, esperando la Pascua y la nueva vida de Cristo.