"Un viaje por el horror de la guerra": así ha vivido el periodista Salvatore Cernuzio cinco días en Ucrania

Un pequeño grupo de periodistas de diversas nacionalidades han podido viajar por Ucrania y relatar el dolor de un país: "Me impactó la imagen de la destrucción total de Izium"

"Un viaje por el horror de la guerra": así ha vivido el periodista Salvatore Cernuzio cinco días en Ucrania

Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

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Salvatore Cernuzio, periodista de los medios vaticanos, ha vuelto este sábado de Ucrania tras un viaje que empezó el domingo, 4 de diciembre, y que ha permitido a cinco periodistas de varias nacionalidades de visitar varias ciudades en un país que intenta, poco a poco, volver a tener una vida normal. Los periodistas recibieron una invitación de las embajadas de Polonia y Ucrania ante la Santa Sede, organizaron los viajes y la logística y el domingo por la noche empezaron su viaje.

Salvatore ya había visitado Ucrania el pasado mes de marzo acompañando al cardenal Czerny a la frontera con Hungría: “La guerra había estallado hace muy poco y con el cardenal lo que hicimos fue principalmente visitar refugiados. Visitamos la ciudad de Béregovo donde llegaban miles de refugiados que se dirigían hacia Hungría. Allí el Papa nos había enviado para dar un “abrazo operativo” inmediato a los refugiados”.

“No puedo hacer una comparación con este viaje que acabamos de concluir porque ahora hemos ido al centro de la guerra, porque además de Kiev, fuimos también a la frontera con Rusia visitando las ciudades de Izium y Kharkiv”, cuenta Salvatore a ECCLESIA.

Salvatore ya ha vuelto a Roma, pero las imágenes de las ciudades completamente destruidas siguen muy vivas en su mente: “Lo que más me impactó fue la imagen de la destrucción total de Izium, ciudad que fue liberada el pasado 10 de septiembre, y que aún no ha iniciado ese proceso que por ejemplo ya se ve en Kiev, donde, a pesar de la emergencia por el frío y el gran problema de la electricidad, la vida está intentando volver a la normalidad: gente paseando a sus perros, villancicos que suenan en Plaza Maidán...”

“En Izium la guerra ha desaparecido en cuanto a acciones militares. Sin embargo, aún quedan heridas evidentes: 51 mil habitantes tenía la ciudad, se han ido 25 mil. Las autoridades locales nos han dicho que esperaban que la gente regrese en primavera y por eso quieren acelerar la reconstrucción, pero en este momento faltan cosas básicas como son las puertas de las casas. Todo está destruido”, nos cuenta Salvatore.

El periodista buscó fotos de la ciudad en Google antes de viajar y pudo ver “una pequeña joya, con su propio teatro, edificios antiguos”: “Ahora no hay nada”. La imagen que más le impactó emocionalmente “fue este gran edificio, de arquitectura clásica soviética, alcanzado por un misil a principios de marzo que quedó prácticamente partido en dos”.

Salvatore cuenta, todavía impactado, cómo se podían ver habitaciones divididas por la mitad, armarios con camisas y abrigos aún colgados: “Nos dijeron que había habido 51 muertos allí, incluidos dos niños. Conseguimos entrar en este edificio, a pesar de que nos dijeron de tener cuidado, y todavía se podían ver escenas cotidianas como una bolsa de medicinas junto a un vaso de agua, fotos de bodas por el suelo, juguetes de niños, ropa, zapatos. Fue un golpe al corazón”.

El primer día del viaje, los cinco periodistas visitaron también un centro de acogida de prófugos del ACNUR a las afueras de Rzeszóv en Polonia: “Allí tuvimos la oportunidad de hablar con las autoridades y nos explicaron las iniciativas que ya se han puesto en marcha en los últimos meses, pero sobre todo las que ahora quieren activar porque hay una previsión de dos millones de personas que ahora buscarán refugio”. Más allá de las ayudas básicas que necesitan como alimentos, medicamentos, ropa, “ahora están intentando activar nuevas ayudas como cursos de psicoterapia para mujeres que han sufrido violencia, ayudas para niños ucranianos que comienzan la escuela”.

Asimismo, Salvatore cuenta cómo están intentando, por lo menos en Kiev, volver a una vida “normal”: “Hay que pensar que es muy complicado volver a una vida realmente “normal” porque las infraestructuras energéticas han sido destruidas. La gente tiene luz para mitad del día, cada dos minutos tienen que reparar la nevera, la lavadora, el internet [...] es impresionante ver como hay total oscuridad a las 16?h. Una parte de la ciudad está iluminada, la otra no tiene luz, y luego cambian […] estamos hablando de una temperatura de -3 grados con la nieve hasta los tobillos”.

El viaje ha terminado y los 5 periodistas ya han vuelto a Roma, pero, ¿cómo fueron esos días todos juntos en Ucrania?: “Hemos tenido mucho tiempo, durante los largos viajes, de hablar entre nosotros y todos coincidíamos en que era una oportunidad única, por ejemplo poder visitar Izium. El mismo embajador nos dijo que éramos casi los primeros en ver la ciudad después de la liberación”.

Por último, Salvatore ha querido subrayar un momento del viaje que le dejó sin palabras: “Después de visitar Izium, las fosas comunes, ver las cruces, las fotos y las imágenes que estaban allí donde habían sido enterrados 447 cuerpos, volvimos al coche y ninguno de nosotros dijo una sola palabra durante el viaje de vuelta. Me sentí realmente muy conmocionado, me costó mucho procesar lo que había visto, escribir y equilibrar las palabras porque el dolor era muy grande”.

“Creo que en este viaje, como periodistas y “vaticanistas”, teníamos que seguir una línea, que es la del Papa Francisco, que pone el dolor de la gente como prioridad y eso es lo que queríamos remarcar en las noticias que hemos publicado. Hacer ver como, en medio de esta guerra, hay gente inocente, mujeres, niños, familias y ancianos que sufren y han perdido familiares y queríamos contar este dolor. En lo personal, mi objetivo era este: contar el horror que en cierto modo recuerda el de la II Guerra Mundial. Estamos en 2022 y en el corazón del Europa sigue habiendo torturas, secuestros, un dolor inimaginable. Eso es lo que quería contar, sin entrar en temas políticos”, afirma Salvatore.