José Luis Restán sobre Benedicto XVI: "Un gigante del pensamiento y de la fe pero profundamente humilde"

El director editorial ÁBISDE MEDIA despide al Papa emérito y profundiza en su magisterio, su forma de gobernar la Iglesia y su modo de afrontar el gran desafío de la Europa secular

Redacción Religión

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"Es difícil glosar en pocas palabras la vida de un auténtico gigante, un gigante del pensamiento y de la fe, y al mismo tiempo, de un hombre profundamente humilde que quiso ser solamente un trabajador más en la viña del Señor". Con estas palabras, José Luis Restán, director editorial ÁBISDE MEDIA, despide al Papa emérito Benedicto XVI, que ha fallecido XXXXXXXXXXXXX

"Yo empezaría recordando a aquel joven teólogo que algunos calificaban de progresista protagonista del Concilio, que buscaba una Iglesia que recuperara los orígenes, los Padres de la Iglesia, los orígenes de la fe y que al mismo tiempo estuviera en condiciones de hablar a un mundo, en cambio, un mundo que ya se estaba en proceso de descristianización".

Su primera batalla

Restán subraya que precisamente esa fue su primera batalla. "San Juan Pablo II detectó enseguida en ese joven arzobispo de Munich el hombre que quería tener a su lado para abordar los grandes desafíos de la fe en diálogo con el mundo contemporáneo".

Joseph Ratzinger fue nombrado por el Papa Juan Pablo II el 25 de noviembre de 1981 como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y desde allí, explica, "ha sido el hombre que ha lanzado un diálogo de la fe cristiana con el mundo moderno, sin prejuicios y al mismo tiempo, sin ningún tipo de ingenuidades".

Cuando llega la muerte del Papa polaco, se plantea quién puede suceder "al gigante". "Enseguida los cardenales se fijan en aquel hombre manso y sabio que era Joseph Ratzinger, y lo eligen Papa con el nombre de Benedicto XVI. Su magisterio, su forma de gobernar la Iglesia, su modo de afrontar el gran desafío de una Europa secularizada, el dolor que le producía ver que esa fe que había dado cuerpo y alma a Europa, ahora era vista como enemiga, enemiga del progreso y de la libertad".

Renovación y vuelta "a la raíces"

Y en definitiva, explica, esa ha sido su gran lucha. "Ha sido el hombre, por un lado, de la renovación y por otro lado, de la vuelta a los orígenes y a las raíces. Por último, yo destacaría el gran gesto profético de su renuncia, con la cual nos ha hecho entender que la Iglesia pase por la tormenta que pase o tenga los éxitos que tenga, es del Señor que la gobierna y la lleva a través de personas que pueden ser más brillantes o menos brillantes. Él ha sido en eso realmente un trabajador en la viña del Señor".

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