La actual Basílica de San Pedro cumple 515 años: descubre algunas de sus curiosidades más desconocidas

El 18 de abril es una fecha importante para el Vaticano, y por ende para toda la Iglesia Católica. Y es que tal día como hoy, pero del año 1506, el Papa Julio II puso la primera piedra de la actual Basílica de San Pedro. Donde se ubica actualmente la Basílica, ha existido iglesias anteriormente. Al menos desde el siglo IV. La construcción actual del edificio, a comienzos del XVI, se hizo sobre la antigua basílica constantiniana.

Se encuentra sobre el lugar de entierro de San Pedro, que fue uno de los doce apóstoles de Jesucristo, primer obispo de Antioquía, primer obispo de Roma y, por consiguiente, el primer Papa de la historia. De ahí que los papas sean conocidos como ‘sucesor de Pedro’. Unos trabajos que se prolongaron durante más de un siglo, hasta 1626, cuando fue consagrada por Urbano VIII. Figuras de renombre en la historia del arte como Donato Bramante, Miguel Ángel, Maderno o Bernini formaron parte de la construcción.

En la actualidad, la Basílica de San Pedro es uno de los grandes símbolos no solo del Vaticano, sino de Roma y de todo el mundo. Una obra que se prolongó por un periodo de 120 años, pero mereció la pena. El espacio cuenta con 22.067 metros cuadrados. 186 metros de largo (con los muros y el pórtico son 218 metros). La fachada tiene 114,69 metros de ancho. El diámetro de la Cúpula de San Pedro es de 42,56 metros y tiene 136,57 metros de altura, hasta lo más alto de la Cruz.

Pero contrariamente a la creencia popular, la Basílica de San Pedro no es la Catedral de Roma ni la sede arzobispal, ya que es la Archibasílica del Salvador y de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista, mejor conocida por todos como San Juan de Letrán, una de las cuatro basílicas mayores, junto a la de San Pedro, San Pablo Extramuros y Santa María La Mayor.

La Archibasílica de San Juan de Letrán es la catedral en la que el Papa toma posesión de su cátedra como Obispo de Roma y de la Iglesia Universal, y fue consagrada por el Papa San Silvestre en el año 324.