Así contó COPE el histórico cónclave que eligió a Francisco como Papa: "Fueron a buscarlo al fin del mundo”
Eran las 19.06h del 13 de marzo de 2013, cuando desde la chimenea de la Capilla Sixtina salía una humareda blanca que anunciaba la elección del nuevo Papa, el primero procedente de América y jesuita en la historia de la Iglesia
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”¡Es blanca!” exclamaba en antena Paloma García Ovejero, por entonces corresponsal de COPE en el Vaticano, a las 19.06h del 13 de marzo de 2013 para alertar a los oyentes que los cardenales habían elegido a un nuevo Papa en la quinta votación.
Minutos más tarde, ya con la noche sobre el cielo de Roma, supimos quien había sido elegido Sucesor de Pedro: Jorge Mario Bergoglio, primer Papa sudamericano y jesuita de la historia.
"Ustedes saben que el deber del cónclave era darle un obispo a Roma, siento que mis hermanos cardenales fueron a buscarlo al fin del mundo”, expresaba el Papa Francisco en su primer saludo en italiano a los miles de fieles que se congregaban en la Plaza de San Pedro.
Un cónclave tras la primera renuncia de un papa en 600 años y las palabras de Bergoglio días antes de ser elegido papa
Lo cierto es que todo lo que rodeó al cónclave tenía el aroma de algo extraordinario, ya que no hubo el tradicional novenario ni las exequias por el Papa fallecido. No era el caso porque, un mes antes, en la mañana del 11 de febrero, Benedicto XVI anunció su renuncia, la primera de un pontífice en 600 años.
Tras hacerse efectiva esa renuncia el 28 de febrero y con el pontificado en sede vacante se celebraron las llamadas congregaciones generales. En la penúltima de ellas tomó la palabra el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Mario Bergoglio, que había sido el más votado, después de Joseph Ratzinger, en el cónclave de 2005.
Su intervención de tres minutos fue toda una declaración de intenciones a lo que luego ha sido su magisterio.
“La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria. Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma. Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico”, expresaba.
Fumata negra en el primer día de cónclave
En la tarde del martes 12 de marzo de 2013, los cardenales electores ocuparon sus lugares asignados en la Capilla Sixtina, bajo los imponentes frescos de Miguel Ángel. Allí prestaron el juramento ante el Camarlengo de guardar secreto y no mantener comunicación con el exterior, salvo con las personas autorizadas. Entre ellos, los cardenales españoles electores, Antonio María Rouco Varela, Carlos Amigo, Lluís Maria Martínez Sistach, Antonio Cañizares y Santos Abril y Castelló.
En la primera votación, el 12 de marzo, hubo fumata negra en la chimenea de la Capilla Sixtina: “Tenemos fumata negra, se percibe sin duda. Son las 19.41h de la tarde, es la primera votación y es fumata negra”, explicaba José Luis Pérez, uno de los periodistas enviados de COPE para cubrir el cónclave.
el motivo por el que bergoglio eligió el nombre de francisco para su pontificado
Le siguieron las votaciones de la mañana del martes 13 de marzo y ya en la segunda de la tarde, la quinta del cónclave, llegó la fumata blanca: “Tenemos fumata blanca, hay por tanto un nuevo Papa 'in pectore'. Son las 19.06, empiezan a sonar las bocinas en el centro de Roma. En la quinta votación ha habido acuerdo, uno de los 115 cardenales electores es ya el nuevo Santo Padre”, recalcaba José Luis Pérez desde Roma.
El cardenal protodiácono, Jean-Louis Tauran, fue el encargado de anunciar al mundo la elección del nuevo Pontífice, por primera vez en la historia latinoamericano y jesuita, con el tradicional “¡Habemus Papam!”: Jorge Mario Bergoglio.
Bergoglio eligió el nombre, por primera vez en la historia, de Francisco. Él mismo ha relatado que el motivo fue durante el cónclave, cuando tenía a su lado al franciscano y arzobispo emérito de Sao Paulo, Claudio Hummes que le dijo “No te olvides de los pobres”. Y de inmediato pensó en San Francisco de Asís y decidió elegir su nombre como sucesor de Pedro.
Después se asomó al balcón central de la logia central de la fachada de la basílica de San Pedro para saludar a los fieles de la diócesis de Roma y del mundo... Lo demás ya es historia.