El card. Czerny encuentra los refugiados ucranianos en Budapest: "Mi viaje es de oración, profecía y denuncia"
El cardenal enviado por el Papa se encuentra en Hungría y se ha reunido con quienes han huido del terror de la guerra en Ucrania y le ha llevado ayuda y palabras de esperanza
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El card. Michael Czerny, prefecto emérito del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, se encuentra actualmente en Hungría para encontrar a refugiados y desplazados y, en un artículo publicado en la revista italiana mensual “Aggiornamenti Sociali”, ha reflexionado sobre el viaje que está emprendiendo enviado por el Papa Francisco.
Su viaje, como lo define el mismo cardenal, es “de oración, profecía y denuncia”. Su misión en Ucrania “es llevar la presencia y la cercanía del Papa y de todo el pueblo cristiano a aquellos que sufren”. El cardenal checo espera “ser capaz de llevar algo de ayuda material, pero sobre todo voy para reunirme con la gente, para estar con ellos. Esta es la profecía de una presencia y una cercanía que puede que parezcan débiles, incluso insignificantes según la lógica del mundo y la fuerza de las armas”.
Sin embargo, como dice el cardenal checo significa también “estar cerca de su pueblo, de sus hijos que sufren, es la forma que Dios ha escogido para entrar en la historia del mundo. Incluso al precio de acabar en una cruz”.
Michael Czerny recuerda una imagen que vimos hace pocos días, la del gran crucifijo de la Catedral Armenia de Lviv trasladado hasta un búnker “con la esperanza de salvarlo de la furia y la locura de la guerra”. El cardenal enviado por el Papa Francisco recuerda que en esos mismos búnkeres, sótanos y en refugios improvisados “hay muchas personas que dirigen sus oraciones al Señor crucificado”.
Un viaje de oración y de cercanía: “Estas personas comparten el don de su cercanía con Dios con aquellos que se encuentran con ellos, con aquellos que quieren vivir el sacramento de la presencia, llevando la palabra del Evangelio y un apoyo concreto. El gesto de caridad de aquellos que los reciben se convierte en una oportunidad para corroborar la fe que nos une y que alimenta la esperanza común de que un mundo sin guerra es posible, que la violencia y la muerte no tienen la última palabra”.
El card. Czerny asegura que “la fe no está ausente de la tragedia que está viviendo Ucrania, porque está en los corazones de las personas que huyen de la guerra: la mayoría de ellos son creyentes, como muchos de los que los acogen, y es importante que todos aquellos que quieran recibir asistencia espiritual puedan hacerlo, respetando las diferencias entre las distintas confesiones y religiones. En mi viaje también me esforzaré por conseguirlo”.
Y por último, pero no menos importante, el viaje del cardenal checo será un viaje de “denuncia”: “La historia de los refugiados ucranianos es bien conocida, se desarrolla según el guion dramático de demasiados conflictos que ensucian nuestro mundo, a menudo olvidados. Con la misma rapidez con la que en pocos días millones de personas han tenido que abandonar sus hogares, llegan ya noticias de que la máquina de la trata de personas y del tráfico de migrantes se ha puesto en marcha en las fronteras y en los países de primera acogida”.
“Se trata de una cuestión difícil de abordar en un momento tan tenso, pero extremadamente urgente. Todos somos hijos de un mismo Padre y la fraternidad no conoce fronteras: este es el sentido del abrazo del Papa y de la Iglesia que llevo para todos los que vaya a encontrar”, ha subrayado el card. Czerny en su artículo.