El cardenal Hollerich sobre el rearme de Europa: "No debemos enriquecernos con las armas, sino construir hospitales y escuelas"

El arzobispo de Luxemburgo, ex presidente de la Comece, reflexiona sobre "la disminución de la tensión moral que parece invadir a los dirigentes de gran parte del mundo" ante la superación del "tabú de la guerra"

Cardenal Jean Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo

Sofia Gómez Pérez

Madrid - Publicado el

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En una entrevista reciente, el Cardenal Jean Claude Hollerich, Arzobispo de Luxemburgo y figura clave en la Iglesia Católica Europea, expresó su profunda preocupación por el programa de "rearme de Europa" y sus implicaciones morales y políticas. Hollerich, con su posición en el Consejo de Cardenales (C9) y su experiencia como Presidente durante varios años de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), ofrece una perspectiva sobre la dinámica política europea.

"esta carrera armamentísitica es preocupante"

El cardenal comenzó su evaluación con una advertencia: "En primer lugar, me gustaría decir que esta carrera armamentista que ha estallado en todo el mundo, no sólo en Europa, es extremadamente preocupante, por no decir aterradora". Subrayó la necesidad de una reflexión moral ante las consideraciones políticas, lamentando la aparente "falta de tensión moral entre los dirigentes del mundo"

Según el cardenal, "El tabú bélico que había influido en las orientaciones políticas después de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial parece haber llegado a su fin. Sin la recuperación de esa tensión moral no hay políticas que sostenga y el mundo corre el riesgo de deslizarse por una pendiente peligrosa".


el abandono del multilateralismo

Hollerich también destacó un cambio significativo en el panorama político mundial: el abandono del multilateralismo. "Hoy, sin embargo, parece evidente la reafirmación del viejo concepto de superpotencia, que tiende a privilegiar sus intereses económicos y geopolíticos exclusivos". En contraste, abogó por el multilateralismo como base para la paz mundial, haciéndose eco del énfasis del Papa Francisco en este enfoque. "El Papa Francisco, con razón, insiste mucho en la importancia del multilateralismo; De hecho, me atrevería a decir que es la piedra angular sobre la que la Santa Sede basa su presencia política y diplomática”.

Al abordar el rearme de Europa con un programa de 800.000 millones de euros, el cardenal reconoció las preocupaciones de los países que se sienten estratégicamente amenazados, como "los países bálticos fronterizos con Rusia o Moldavia, que tiene una disputa abierta sobre Transnistria". Aclaró que "si bien reconozco la necesidad de un fortalecimiento militar de la Unión Europea, éste debe tener un carácter necesariamente defensivo". 

También subrayó la importancia de la seguridad digital y recordó a la Unión Europea sus principios fundacionales, afirmando que es importante "la seguridad digital", y que "Europa, como institución, nació de las cenizas dejadas por la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, por lo que la vocación por la paz es su principio fundador. De hecho, yo diría que la paz es la razón social de estar juntos, la Unión nació para que nunca más haya guerras entre los europeos y en Europa".


"europa debería volverse autónoma en producción militar"

El Cardenal Hollerich también abordó la cuestión de la autonomía europea en materia de defensa, sugiriendo que el cambio de rumbo estadounidense podría estar impulsando el deseo de Europa de reforzar sus defensas. Señaló que "Si Europa, además de su capacidad de defenderse de manera autónoma, es capaz también de recuperar una subjetividad política –que ha quedado un tanto empañada–, prestará un servicio no sólo a sí misma, sino al mundo entero, desempeñando de facto un papel multilateral". Añadió que "Europa también haría bien en volverse autónoma en términos de producción militar, ya que hoy en día todavía depende en gran medida de Estados Unidos. Una adicción que te hace vulnerable".

Por último, Hollerich se preocupó por la inversión militar en medio de las crisis del Estado de bienestar en Europa, concretamente de 800 mil millones en armas. Y expuso la propuesta que hizo el Papa Francisco, que "todos los beneficios derivados de la producción armamentística intraeuropea deberían invertirse -de manera vinculante- en actividades sociales". Y concluyó con un llamado a la acción: "No deberíamos enriquecernos con las armas, sino construir hospitales y escuelas con las ganancias. Se trata de una propuesta inmediatamente practicable, que tengo intención de transmitir al Embajador de la Unión Europea ante la Santa Sede, con quien tengo previsto encontrarme en los próximos días".