¿Cómo puede ejercer un peluquero su profesión de forma cristiana?

El Papa Francisco alerta a los peluqueros, barberos y esteticiens del "chismorreo" y les invita a cambiarlas por palabras de ánimo a los clientes

ctv-mpm-peluquero

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

1 min lectura

El Papa Francisco ha recibido a los peluqueros de las diferentes agrupaciones en Italia dedicadas a su patrón, San Martín de Porres. En ese encuentro, les han indicado que su mayor tentación es el "chismorreo". Por esa razón, les ha invitado a evitar caer en esa tentación, que suele suceder en su contexto laboral. 

¿Cómo puede ejercer un peluquero su profesión de forma cristiana? "Ejercer vuestra profesión con estilo cristiano, tratando a los clientes con amabilidad y cortesía y ofreciéndoles siempre una buena palabra y ánimos, evitando ceder a la tentación del chismorreo que fácilmente sucede también en vuestro contexto laboral. Todos lo sabemos", ha remarcado Francisco en esta audiencia.

El pontífice ha pedido a los miembros de estas asociaciones, que agrupan a peluqueros, barberos y esteticistas, que en su trabajo actúen siempre con rectitud y contribuyan al bien común de la sociedad.

El Papa Pablo VI proclamó patrón de los peluqueros en 1966 al peruano Martín de Porres, que en su juventud fue aprendiz de un barbero-cirujano, como recordó Francisco. 

El papa Francisco siempre ha clamado contra los chismes y cotilleos en sus discursos e incluso llegó a decir que "los chismosos y chismosas son terroristas" sobre todo en referencia a la vida de la Iglesia.

"Los chismosos y las chismosas son gente que mata a los demás, porque la lengua mata, es como un cuchillo. Tened cuidado, el chismoso y la chismosa es un terrorista, tira la bomba a los demás y se va tranquilo", aseguró el pontífice durante una audiencia general. 

Otra de las claves de ese mensaje de Bergoglio fue que la comunicación va más allá de las palabras. Esto es así porque una persona “habla” con todo lo que es y hace. Nosotros, ha dicho, “vivimos comunicando” y estamos continuamente al borde "entre la verdad  y la mentira".