El editorial de Andrea Tornielli: "Desarme y nueva linfa para la diplomacia"

El director editorial del Dicasterio para la Comunicación reflexiona sobre la carta del Papa Francisco desde el Hospital Gemelli en la que denuncia la absurdidad de la guerra mientras el mundo se rearma

Redacción Religión

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Pocas pero significativas palabras, que desgraciadamente llegan en las mismas horas en las que se reaviva la guerra en Oriente Medio con nuevos bombardeos israelíes en Gaza. Desde el Policlínico Gemelli, el Papa Francisco ve aún más clara y lúcidamente la absurdidad de la guerra. Y en su carta al director del Corriere della Sera vuelve a alzar su voz -tan similar a la del Bautista que clama en el desierto- para reiterar que la guerra devasta las comunidades y el medio ambiente.

El mundo, incluida Europa, se apresura a rearmarse, dispuesto a invertir enormes sumas para llenar arsenales ya desbordantes de armas capaces de destruir diez veces la entera humanidad. El Sucesor de Pedro, fragilizado y debilitado por la enfermedad, no renuncia a indicarnos el camino para detener la carrera hacia el abismo de la III Guerra Mundial. Nos invita, en primer lugar, a desarmar las palabras y las mentes. Nos invita a desarmar la tierra.

En una época en la que incluso las negociaciones y las cumbres tienen lugar en mundovisión, y en la que parecen prevalecer el lenguaje simplificado, la demonización del adversario, la polarización y las fake news, Francisco nos invita a la reflexión, a la calma y al sentido de la complejidad de la realidad. Sobre todo, nos invita a redescubrir la diplomacia en un mundo que parece haberla olvidado, y a devolver linfa vital y credibilidad a las organizaciones internacionales, a las que hay que fortalecer y no vaciar de su fuerza.

Que el camino a seguir es el desarme y no el rearme, lo recordó también ayer el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, al ser interrogado sobre ReArm Europe al margen de la primera edición de la Mesa del Ramadán - Iftar organizada por la Embajada de Marruecos ante la Santa Sede: «Quienes optan por el rearme deben enfrentarse tarde o temprano a la realidad de que las armas, por mucho que parezcan disuasorias, están destinadas a ser utilizadas. Debemos insistir a nivel internacional para que haya un desarme general y controlado. Y ésta ha sido una constante en la política de la Santa Sede desde la Primera Guerra Mundial». Parolin añadió: «No podemos, por tanto, estar satisfechos con la dirección que estamos tomando, en la que, por el contrario, asistimos a un reforzamiento de los arsenales».

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