Los Reyes de España se despiden del Papa Francisco ante su féretro en la Basílica de San Pedro

El Rey Felipe VI y Doña Letizia ha rendido tributo al Papa Francisco ante su féretro en el interior de la Basílica de San Pedro, minutos antes de su traslado a la Plaza vaticana para el funeral. El monarca español accedía al interior de Basílica junto a los ministros que han acompañado a los Reyes hasta Roma para dar el último adiós al Pontífice argentino, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, todos ellos vistiendo de color luto, así como el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.

La capilla ardiente del Papa Francisco en la Basílica de San Pedro concluía a las 19h de este viernes, después de tres días abierta para que los fieles se despidiesen del Pontífice.

Según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, desde la mañana del miércoles, cuando el féretro fue trasladado de la capilla Santa Marta a la Basílica Vaticana, y hasta la tarde del viernes, unas 250.000 personas han accedido al interior del templo para dar el último adiós al que ha sido Sumo Pontífice de la Iglesia en los últimos doce años. 

El rito del cierre del féretro del Papa francisco 

A partir de las 20h de este viernes, una vez cerrada al público la Basílica, tuvo lugar la ceremonia de cierre del féretro con el cuerpo del difunto, presidido por el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell.

En la ceremonia, celebrada en estricta privacidad, tras un rezo en silencio y una oración adicional del celebrante, el maestro de ceremonias colocó un velo de seda blanca sobre el rostro del Papa fallecido, y el celebrante roció el cuerpo con agua bendita.

Posteriormente, el maestro colocó en el ataúd la bolsa con las monedas y medallas acuñadas durante el Pontificado y el tubo con el acta o 'rogito', después de haber sellado el documento con el sello de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas.

A continuación, se procedió a colocar la tapa de zinc del ataúd, sobre la cual se encuentran la cruz, el escudo del Papa fallecido y la placa con su nombre, la duración de su vida y de su papado.

El ataúd se sella y se imprimen los sellos del cardenal camarlengo, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y del Capítulo Vaticano. Finalmente, se cierra el féretro de madera, cuya tapa tiene la cruz y el escudo del Papa fallecido.