El Papa Francisco, en el Ángelus: “Las crisis y los fracasos nos enseñan a dar a cada cosa su justo peso”

El Santo Padre ha invitado a dar a las cosas “su justo peso” y a reflexionar sobre “lo que pasa y lo que permanece” en nuestras vidas, recordando que no hay que estar apegados a las cosas materiales sino a las palabras de Jesús, que son las que nos guían hacia la vida eterna

Redacción Religión

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Como cada domingo, el Papa Francisco ha rezado el Ángelus desde el Palacio Apostólico con los fieles presentes y ha reflexionado sobre el Evangelio de hoy, en el que el evangelista Marcos describe un escenario que parece apocalíptico, pero en realidad está impregnado de esperanza: “muchos podrían pensar en el fin del mundo, pero el Señor aprovecha la ocasión para ofrecernos una interpretación diferente” dice el Papa y se detiene en dos conceptos: “lo que pasa y lo que permanece”.

El pontífice también hizo referencia a la jornada de oración por las víctimas de abusos convocada por la Conferencia Episcopal Italiano: “Cada abuso es una traición a la confianza, a la vida”. No se olvidó el Papa de rezar también por las víctimas de todas las guerras del planeta que provocan “crímenes inaceptables”, enumerando algunos conflictos como Ucrania y Gaza.

El Papa Francisco invita a tomar perspectiva sobre las crisis y los fracasos que experimentamos y a no dejar que las dificultades nos lleven al límite: “En algunas circunstancias de nuestra vida, cuando atravesamos una crisis o experimentamos algún fracaso, así como cuando vemos a nuestro alrededor el dolor causado por las guerras, las violencias, las catástrofes naturales, tenemos la sensación de que todo llega a su fin, y sentimos que incluso las cosas más bellas pasan”.

“Un día moriremos, pero no perderemos nada porque será una nueva vida”

Del mismo modo, el Papa recuerda que el sufrimiento y las pruebas son parte de la vida y de la experiencia humana, y nos enseñan a no aferrarnos en exceso a lo material ni a lo transitorio: “Las crisis y los fracasos, aunque dolorosos, son importantes, porque nos enseñan a dar a cada cosa su justo peso, a no atar nuestro corazón a las realidades de este mundo, porque pasarán: están destinadas a pasar”.


A pesar de que en la vida todo pasa, hay algo que permanecerá eterno: las palabras de Jesús; “éstas – dice el Papa – permanecerán por siempre”. “En él volveremos a encontrar un día las cosas y las personas que han pasado y que nos han acompañado en nuestra existencia terrenal. A la luz de esta promesa de resurrección, toda realidad adquiere un significado nuevo: todo muere y también nosotros moriremos un día, pero no perderemos nada de lo que hemos construido y amado, porque la muerte será el comienzo de una nueva vida”.

El Pontífice argentino también ha invitado a reflexionar sobre la “esperanza cristiana” y recuerda que, incluso en las tribulaciones, en las crisis y en los fracasos más grandes “el Evangelio nos invita a mirar la vida y la historia sin tener miedo de perder lo que acaba, sino con alegría por lo que queda” pues Dios “nos prepara un futuro de vida y alegría”.

Y antes de terminar, el Papa ha lanzado una pregunta a modo examen de conciencia a todos los que le escuchaban: ¿Estamos apegados a las cosas de la tierra, que pasan rápidamente, o a las palabras del Señor, que permanecen y nos guían hacia la eternidad?

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