Los rasgos de la personalidad del Papa Francisco que desvela su comunicación no verbal: "Espontáneo"
En 'Ecclesia al Día' hablamos de la comunicación no verbal del Papa Francisco con Ana Moreno, una experta en la materia

Los gestos del papa irradiaban alegría
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Dice el tópico que el argentino suele ser extrovertido y espontáneo. Desde luego, el Papa Francisco lo cumplía con creces, puesto que ha sido un Pontífice que no dudó en saltarse el protocolo, que hacía gala de un gran sentido del humor y que irradiaba alegría con cada gesto. Desde el primer momento pidió a los fieles que rezaran por él, se mostró humano y sencillo ante todos y eso fue una constante durante los 12 años en los que ocupó el puesto del Sucesor de Pedro.
“Sus gestos, sus palabras y sus hechos estuvieron alineados desde el principio, siempre fue muy coherente”, asegura Ana Moreno, experta en comunicación no verbal, en 'Ecclesia Al Día'. Coincide en que, desde su 'buona sera', cuando se presentó al mundo ante una abarrotada Plaza de San Pedro, ya se veía en su mirada, en su sonrisa y en su tono la alegría con la que quiso impregnar a todo el catolicismo.
Pero es que, además de sus gestos y de sus palabras, fue el Papa de los hechos. Ese mismo día, salió al balcón con sus gastados zapatos negros y con una sencilla cruz de hierro, se mostró, como dice Ana Moreno, como un Papa “del pueblo, por el pueblo y con el pueblo”.
Ha tenido momentos memorables y muy valiosos, comunicativamente. Por ejemplo, cuando celebró su 87 cumpleaños, rodeado de los niños del Dispensario de Santa Marta. Compartió con ellos la tarta, bromeó, se saltó el protocolo e hizo realidad la frase de Jesús: “dejad que los niños se acerquen a mí”.
GESTOS HECHOS Y PALABRAS
Siempre estuvo con lo que el llamaba las periferias, refiriéndose a los que eran excluidos socialmente o a los que sufrían. Lo extrapoló en sus viajes, el primero que hizo decidido por él fue a Lampedusa, la isla de Italia golpeada continuamente por la tragedia migratoria del Mediterráneo. Su primera salida del país trasalpino fue a Albania, no a ninguna de las principales capitales mundiales, sino a otro país protagonista de la crisis migratoria que siempre siguió con mucha preocupación. Más adelante, visitó la Amazonia, Indonesia, África... Intentando llegar siempre a los lugares más olvidados.
Francisco tuvo que hacer frente a una pandemia mundial. En el contexto de la cuarentena, nos dejó una imagen para la Historia, cuando en una tarde lluviosa, apareció subiendo la escalinata de la Basílica de San Pedro completamente solo en medio de esa monumental Plaza. Desde allí, volvió a lanzar un mensaje de unidad y demostró valentía y cercanía una vez más.
UNA COMUNICACIÓN HONESTA
Su comunicación siempre ha sido muy comentada y, por lo que más destacaba, es porque no era ni mucho menos fingida. Francisco no ha sido un Papa que haya disimulado sus emociones y, pese a que la alegría ha sido la constante, ha tenido momentos en los que hemos podido verle enfadado.
Uno de esos momentos fue el famoso vídeo en el que una señora le agarra del brazo sin soltarle y el Papa perdió la paciencia y apartó la mano de la señora con malos modos. Ana dice que es un gesto que le humanizó y, precisamente, el Papa no tardó en disculparse diciendo que se equivocó y que él también es humano. También fue muy famosa la reunión con Trump en la que se mostró muy serio, sin poder esconder sus discrepancias con el presidente estadounidense.