La Santa Sede condena "con la mayor dureza" la profanación y destrucción de símbolos y lugares religiosos
David Putzer, en la 53ª Sesión Ordinaria del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, intervino sobre el alarmante aumento de actos premeditados y públicos de odio religioso
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La Santa Sede ha condenado “con la mayor firmeza la profanación, la destrucción o la falta de respeto de los objetos, símbolos y lugares de culto religiosos”. Lo ha hecho monseñor David Putzer, encargado de negocios ad interim en la Misión Permanente de Observación de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra, durante la 53ª Sesión Ordinaria del Consejo de Derechos Humanos. Putzer intervino en el debate solicitado por Pakistán sobre el alarmante aumento de actos premeditados y públicos de odio religioso, manifestado por la profanación del Corán en algunos países europeos y en otros lugares del mundo.
La referencia es sobre el último episodio que tuvo lugar en Suecia, donde se quemó un ejemplar del Corán al comienzo de la celebración de tres días del Al-Adha, una de las más importantes en el mundo musulmán. El gesto provocó fuertes polémicas y protestas en todo el mundo y el propio Francisco se había pronunciado al respecto en una entrevista concedida al diario Al-Ittihad: “Me siento indignado por estas acciones”.
"Se ha denigrado el significado de ese día sagrado"
"Cualquier libro considerado sagrado por su propio pueblo - añadió el Papa - debe ser respetado por respeto a sus creyentes, y la libertad de expresión nunca debe utilizarse como excusa para despreciar a los demás, y permitirlo debe ser rechazado y condenado".
Y precisamente recordando estas palabras del Santo Padre, el delegado del Vaticano ante la ONU en Ginebra ha expresado no sólo su condena, sino también la preocupación de la Santa Sede: "La reciente quema del Corán es particularmente preocupante, ya que también se ha denigrado el significado de ese día sagrado".
"Expresión de la búsqueda del hombre de la verdad"
"Las creencias religiosas - añadió Putzer - son una expresión de la búsqueda del hombre de la verdad, el sentido y el propósito de la vida. Como tal, insultar intencionadamente las creencias religiosas, las tradiciones o los objetos sagrados constituye un ataque a la dignidad humana del creyente".
Por otra parte, según Putzer, es necesaria una mayor conciencia del hecho de que "actores deshonestos cometen a menudo actos de intolerancia religiosa, abusando del precioso don de la libertad de expresión para provocar una reacción desproporcionada". Alimentan así "el odio, la intolerancia y la violencia" en un mundo ya marcado por guerras y conflictos, donde la fraternidad es necesaria - como no deja de repetir el Papa - como bálsamo para las heridas de este tiempo.
Condena y rechazo de toda apología y manifestación de odio religioso
Al término del debate, los miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobaron una resolución que "condena y rechaza enérgicamente toda apología y manifestación de odio religioso, incluidos los recientes actos públicos y premeditados de profanación del Sagrado Corán". El texto se aprobó con 28 votos a favor (entre ellos Pakistán, China y Senegal), 12 en contra (entre ellos miembros del Consejo de la UE, Estados Unidos y Reino Unido) y siete abstenciones.