Basta ya de guerra y destrucción, es la hora de la construcción: las 5 frases que deja el Papa en África
Los discursos de Francisco no han dejado indiferente a nadie por su dureza: "Una bomba te pide otra más grande y otra más grande y en la escalada no sabes dónde acabarás"
Publicado el - Actualizado
4 min lectura
De regreso de la República Democrática del Congo y de la Peregrinación Ecuménica de Paz en Sudán del Sur, el Papa Francisco quiso, como de tradición, dirigirse a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, para agradecer a la Virgen María por su 40º Viaje Apostólico Internacional.
Este viaje nos ha regalado momentos históricos como la Santa Misa que se celebró en el aeropuerto “Ndolo” en Kinshasa ante dos millones de personas o el encuentro con las víctimas de violencia en el Congo. En Sudán del Sur, una de las imágenes más potentes fue la de la oración ecuménica con el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el Moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields o el discurso ante las autoridades del país.
En ECCLESIA hemos querido recordar las cinco frases más potentes de este viaje histórico que tiene ahora un objetivo muy claro para el futuro: no olvidar a estos dos países. Podrían haber sido perfectamente otras cinco frases porque cada discurso del Papa fue más potente que el anterior. Ahora toca volver a leerlos y profundizar en ellos.
1 - “África no es una mina que explotar”
Francisco aterrizó a las 15?h en Kinshasa el pasado 31 de enero y a las 17:30?h ya estaba pronunciando su primer discurso ante las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático del Congo. Admitió su gran deseo de estar en este país “y por fin he venido para traerles la cercanía, el afecto y el consuelo de toda la Iglesia católica”.
El Papa, ya desde el primer momento, fue tajante pidiendo a la comunidad internacional respetar y escuchar al país y al continente, que merece “espacio y atención”: “No toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear. Que África sea protagonista de su propio destino”.
2 - “No hay cristianismo sin comunidad, como no hay paz sin fraternidad”
El día después, 1 de febrero, Francisco vivió una de las Misas más multitudinarias de su pontificado. Casi dos millones de personas participaron en la Celebración Eucarística en el aeropuerto “Ndolo” de Kinshasa. Allí el Santo Padre pidió a todo el pueblo del Congo “dejar las armas”: “Que sea el momento oportuno para ti, que en este país te dices cristiano, pero cometes actos de violencia; a ti el Señor te dice: “Deja las armas, abraza la misericordia””.
Tras reflexionar sobre el perdón, el Papa dedicó unas palabras al significado de “comunidad”: “No hay cristianismo sin comunidad, como no hay paz sin fraternidad”. Como sucedió con los primeros cristianos, Francisco admitió que también para nosotros existe un riesgo, “caminar por cuenta propia, buscando en la sociedad, y también en la Iglesia, el poder, la carrera, las ambiciones”.
3 - “Sus lágrimas son mis lágrimas, su dolor es mi dolor”
Otro de los momentos más impactantes de este 40º viaje apostólico fue, sin ninguna duda, el encuentro de Francisco con las víctimas de la violencia en el Congo en una zona del país martirizada, como es el este del país africano, donde los asesinatos, mutilaciones o secuestros están a la orden del día.
En este sentido, el obispo de Roma hizo hincapié en la cercanía hacia su gente: “Sus lágrimas son mis lágrimas, su dolor es mi dolor. A cada familia en luto o desplazada a causa de poblaciones incendiadas y otros crímenes de guerra, a los sobrevivientes de agresiones sexuales, a cada niño y adulto herido, les digo: estoy con ustedes, quisiera traerles la caricia de Dios. Su mirada tierna y compasiva se posa sobre ustedes. Mientras los violentos los tratan como objetos, el Padre que está en los cielos mira su dignidad y le dice a cada uno”, dijo el Santo Padre, muy emocionado.
4 - “Basta de destrucción, es la hora de la construcción. Hay que dejar atrás el tiempo de la guerra y propiciar un tiempo de paz”
Francisco aterrizó en Sudán del Sur el viernes, 3 de febrero, y su primer discurso fue también ante las autoridades del país. En los jardines del Palacio Presidencial en Juba, el Santo Padre pidió paz para todo un pueblo que, “con gran dignidad” — dijo — “llora por la violencia que sufre, por la constante inseguridad, por la pobreza que lo golpea y por los desastres naturales que lo atormentan”.
“Basta – pidió el Papa - señor Presidente, señores Vicepresidentes, en nombre de Dios, del Dios al que juntos rezamos en Roma; del Dios manso y humilde de corazón (cf. Mt 11,29), en el que mucha gente de vuestro país cree, ha llegado la hora de decir basta, sin condiciones y acusaciones recíprocas sobre quien haya sido culpable, basta de dejar al pueblo sediento de paz. Basta de destrucción, es la hora de la construcción. Hay que dejar atrás el tiempo de la guerra y propiciar un tiempo de paz”.
5 - “El mundo entero está en guerra, en autodestrucción, ¡detengámonos!”
En el vuelo de vuelta a Roma, el Papa Francisco abordó varios temas con los periodistas junto con el Arzobispo de Canterbury y el Moderador de la Iglesia de Escocia.
Uno de ellos fue obviamente el tema de la guerra y, preguntado por Ucrania y Rusia, el Santo Padre fue tajante: “Sí, hay guerras más importantes por el ruido que hacen, pero, no sé, el mundo entero está en guerra, y en autodestrucción. Tenemos que pensar seriamente: está en autodestrucción. Detengámonos a tiempo, porque una bomba te pide otra más grande y otra más grande y en la escalada no sabes dónde acabarás".