La charla donde el Papa Francisco muestra su lado personal: la hora a la que reza, qué le produce nostalgia...
Se publica la entrevista que el Santo Padre concedió el 9 de junio a Guillermo Marcó, responsable de la Oficina de Prensa en la etapa de Francisco como arzobispo de Buenos Aires
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Sale a la luz la entrevista que el Papa Francisco concedió el pasado 9 de junio al sacerdote Guillermo Marcó, quien durante la etapa de Jorge Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires fue responsable de la Oficina de Prensa del Arzobispado argentino.
Parte de esta entrevista, que se prolongó por una hora y media, ha sido publicada en formato podcast en las últimas horas. Durante la charla, se hizo hincapié en los aspectos más personales del la vida del Santo Padre.
“Mi corazón es un depósito, está lleno de cosas que guardo. Tengo que ampliar las estanterías a cada rato. En eso soy medio ‘coleccionista’ en el buen sentido de la palabra, no quiero perder nada de lo bueno que la gente me da. La gente te gratifica tanto, con ejemplos, con palabras, con uno o dos hechos. El cura está para enseñar a la gente, pero yo creo que es mucho lo que aprendemos de la gente si los miramos”, comienza manifestando el obispo de Roma en la entrevista con Guillermo Marcó.
¿Cómo es la oración de un Papa?
La primera cuestión que abordaron en la entrevista fue la vida de oración. Francisco sostuvo que “la oración de obispo es cuidar el rebaño para decirlo en términos evangélicos, y el Papa es un obispo, así que sigue con el mismo estilo. Es similar: pedir, interceder, agradecer por todo el bien que se hace”.
“¿Seguís siendo un madrugador de la oración?”, le consultó Marcó, y el obispo de Roma contestó: “Sí, eso sí, porque si no rezás a la mañana, no rezás más, porque te agarra la picadora de carne”.
Callejear, la mayor nostalgia de la vida en Buenos Aires
No es la primera vez que Francisco expresa su nostalgia por callejear con libertad por las calles de su querida Buenos Aires, una actividad de la que no puede gozar en Roma por su condición de Sucesor de Pedro.
“Acá las dos veces que tuve que salir me agarraron in fraganti. Dos veces, en invierno. Siete de la tarde que no pasa nada, todo oscuro... Cuando fui a la óptica una señora desde el balcón (gritó) ‘¡El Papa!’ y ahí se acabó. Y cuando fui a la casa de discos (el pasado mes de enero) que no había nadie la gente me pidió ‘¿por qué no viene usted que nos ayudó tanto?’. Entonces yo fui. Oscuro... tanta mala suerte que justo ahí hay una parada de taxis cerca había un periodista esperando un amigo para tomar un taxi”, recuerda Francisco.
¿Qué se siente frente a la inmensa responsabilidad?
Respecto a su estado espiritual ante su misión al frente de la Iglesia, el Papa sostuvo que “el Espíritu Santo te da muchos frutos, pero nunca se habla de que te anestesia. Y a veces, siento que estás anestesiado frente a situaciones que te harían sufrir mucho y, sin perder la situación, poder moverte”.