El consejo del Papa Francisco a cientos de jóvenes y niños: "Hagan preguntas a los abuelos y escúchenlos"
Niños de toda Italia pertenecientes a la red educativa del Antoniano han convertido este sábado el Aula Pablo VI en un inmenso coro
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El mismo día que se anunciaba la promulgación de la nueva Constitución Apostólica sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia y al mundo, “Praedicate Evangelium”, el Papa Francisco se encontraba en el Aula Pablo VI con cientos de niños, miembros del “Piccolo Coro dell'Antoniano”.
Acompañados por los frailes menores del Instituto Antoniano de Bolonia, los niños y jóvenes estudiantes estuvieron escuchando las palabras de Francisco, que subrayó el valor de sus canciones como símbolo de esperanza, incluso – como dijo - “en tiempos difíciles, como los que estamos viviendo ahora a causa de la guerra”.
Una guerra, causa de tantos muertos y heridos, entre ellos muchos niños, algunos de los cuales, como recordó el Santo Padre, están siendo atendidos en el hospital “Bambino Gesú” en Roma.
El Papa quiso dedicar este encuentro “a los niños y jóvenes de Ucraina, ¿están de acuerdo?”. Un gran sí se pudo escuchar desde la platea. “Piensen: si sus voces fueran todas iguales, todas idénticas, ¿qué tipo de coro sería? Sería aburridisímo, feo. ¿Qué tipo de música saldría? Nada. No habría armonía, sólo un sonido aburrido...En cambio, nosotros somos diferentes para formar una sinfonía de voces. Formar una sinfonía de pueblos. Esto es la paz. La paz no aplana las diferencias, no, la paz es la armonía de las diferencias”, dijo el Santo Padre.
En el encuentro también estuvieron presentes “papá y mamá, abuelos y nietos” y Francisco subrayó que “es necesario vincular a las distintas generaciones, en particular, fomentar el diálogo entre los mayores y los jóvenes, entre los abuelos y los nietos”.
El Papa preguntó a los niños si cuando van a ver los abuelos los saben escuchar y los aconsejó no solamente a hablar ellos, ver la televisión o el móvil cuando visitan a sus abuelos, sino que los dejen contar algo de sus vidas. “Háganles preguntas y escúchenlos, en sus memorias y corazones hay tesoros escondidos, pensamientos de sabiduría, a veces de fe, que han madurado a lo largo del camino de la vida”.
“¡Esto se llama tener buenas raíces!”- dijo el Pontífice a los niños que son “como brotes”, como las primeras hojas que están floreciendo en la vida, pero que “sin raíces” no crecen.
“Jesús no salió de la nada, no vino del cielo como un extraterrestre, no, Jesús nació de una mujer del pueblo de Dios y tuvo un padre, José, que lo educó según la ley del Señor, le dio ejemplo de lo que significa hacer la voluntad de Dios. Un hombre justo, dice el Evangelio”, dijo el Papa que agradeció que este encuentro tuviera lugar en la fiesta de San José, porque “él nos enseña que ninguno de nosotros es una isla, sino que formamos parte de un pueblo, el pueblo de Dios”.