El Domingo de la Palabra: Una jornada para "redescubrir" el tesoro de la Sagrada Escritura

Una celebración para la reflexión que haga crecer en el pueblo de Dios la familiaridad con la Biblia" y que "podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable"

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Redacción Religión

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Este 22 de enero, III Domingo del Tiempo Ordinario, se celebra el I

. Una Jornada que se celebra después de la Carta Apostólica en forma de Motu proprio Aperuit illis, entregada por el Papa

el 30 de septiembre de 2019, explica que "dedicar concretamente un domingo del Año litúrgico a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo,

El día elegido es el tercer domingo del Tiempo Ordinario: también en este caso hay un motivo preciso, porque estamos en la Semana de oración por la Unidad de los cristianos, y cerca de la Jornada de diálogo entre católicos y judíos, "en un momento oportuno de ese periodo del año, —escribe el Papa Francisco en el Aperuit illis —en el que estamos invitados a fortalecer los lazos con los judíos y a rezar por la unidad de los cristianos. No se trata de una mera coincidencia temporal: celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad".

Leer la Biblia cada día

"En medio de tantas palabras diarias, necesitamos escuchar esa Palabra que no nos habla de cosas, sino que nos habla de vida". Lo recordaba el Papa Francisco el 26 de enero de 2020, con ocasión de la primera celebración del Domingo de la Palabra de Dios. Para escuchar y comprender la palabra del Señor, recomienda el Papa, hay que empezar por las pequeñas cosas, como leer "algún versículo de la Biblia cada día. Comencemos por el Evangelio; mantengámoslo abierto en casa, en la mesita de noche, llevémoslo en nuestro bolsillo o en el bolso, veámoslo en la pantalla del teléfono".

En su homilía del 24 de enero de 2021, el Papa Francisco repite que la Palabra de Dios "es la carta de amor escrita para nosotros por Aquel que nos conoce como nadie más. Leyéndola, sentimos nuevamente su voz, vislumbramos su rostro, recibimos su Espíritu. La Palabra nos acerca a Dios". El Pontífice volvió sobre la cercanía de Dios: "Dios no está —como muchas veces estamos tentados de pensar— allá arriba en los cielos, lejos, separado de la condición humana, sino que está con nosotros". Una cercanía que se hace concreta:

La Palabra de Dios nos permite constatar esta cercanía, porque —dice el Deuteronomio— no está lejos de nosotros, sino que está cerca de nuestro corazón (cf. 30,14).

El año pasado, en su homilía del 23 de enero de 2022, el Papa Francisco dice que "En el centro está Dios con su Palabra. Está al centro, revela a Dios y nos lleva al hombre" (...). La Palabra que se ha hecho carne (cf. Jn 1,14) quiere encarnarse en nosotros. No nos aleja de la vida, sino que nos introduce en la vida, en las situaciones de todos los días, en la escucha de los sufrimientos de los hermanos, del grito de los pobres, de la violencia y las injusticias que hieren la sociedad y el planeta, para no ser cristianos indiferentes sino laboriosos, cristianos creativos, cristianos proféticos”.