La emotiva carta de Francisco a mayores y enfermos: "Recen por mí, que estoy un poco viejo y un poco enfermo"
En una misiva dirigida a los sacerdotes mayores de Lombardía, el Pontífice afirmaba que "están viviendo una estación, la vejez, que no es una enfermedad sino un privilegio"
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El Papa Francisco ha enviado un emotivo mensaje a los sacerdotes de edad más avanzada de Lombardía que participan en la Jornada de Fraternidad. En su misiva, el Santo Padre advertía que la vejez no es una enfermedad, sino un privilegio: "Están viviendo una estación, la vejez, que no es una enfermedad sino un privilegio".
Para el Pontífice, esta última etapa de la vida implica “asemejarse a Jesús que sufre”. Pero Francisco ha ido más allá, y extiende ese “privilegio” a las personas que están enfermas, ya que se trata de un colectivo que “sufre y lleva la cruz precisamente como Él”.
Por ello, escribe el Papa, la comunidad que atiende a los enfermos "está firmemente arraigada en Jesús". En esta comunidad, los sacerdotes ancianos no son sólo "objetos de asistencia" sino "protagonistas activos", asegura el Papa, porque son "portadores de sueños cargados de memoria y, por tanto, muy importantes para las generaciones más jóvenes".
"Recen por mi"
El Santo Padre reclamaba a los sacerdotes ancianos de Normandía que recen por él, ya que “estoy un poco viejo y un poco enfermo”, bromeaba en la carta haciendo referencia a su reciente operación de colon el pasado mes de julio: “Les pido, por favor, que recen por mí, que estoy un poco viejo y un poco enfermo, ¡pero no tanto!", añadía.
La Jornada de la Fraternidad
La Jornada de la Fraternidad, informa la Iglesia de Milán, tuvo lugar con ocasión del habitual encuentro de la Conferencia Episcopal de Lombardía y fue promovida por Unitalsi Lombarda y Cel, con la colaboración organizativa de la Fondazione Opera Aiuto Fraterno. Una procesión de los sacerdotes presentes introdujo el encuentro, al que siguió una misa en el santuario de Santa María del Fonte, presidida por el arzobispo de Milán, monseñor Mario Delpini, y los demás obispos lombardos. Por expreso deseo de Delpini, se rezó en memoria de todos los sacerdotes lombardos víctimas de la pandemia del Covid-19. De los casi 300 sacerdotes muertos en Italia, 92 eran lombardos.