Francisco, ante el drama de la migración: "No olvidemos que son personas con rostros y nombres"
La migración ha sido otro de los temas clave del discurso del Papa ante el Cuerpo Diplomático y ha lamentado que el Mar Mediterráneo se haya convertido en un "gran cementerio"
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El inicio de año nuevo ha dado comienzo con el ya tradicional discurso que ha pronunciado el Papa Francisco en presencia del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede.
En esta audiencia, la Paz ha sido el objetivo principal expuesto y la palabra que en la que más ha hecho hincapié su Santidad. Es un “don de Dios” y “es nuestra responsabilidad”. Una palabra “tan frágil y a la vez tan comprometedora y densa de significado”. A ella le ha dedicado su reflexión en un momento histórico en el cual está cada vez más “amenazada, debilitada y en parte perdida”: Es tarea de la Santa Sede, en el seno de la comunidad internacional ser una voz profética y una llamada a la conciencia.
El Mar Mediterráneo, el “gran cementerio en la última década”
La migración ha sido otro de los temas que el Papa no ha querido dejar de mencionar en este discurso de apertura de año. Ha querido recalcar las “rutas peligrosas” en las que miles y miles de inmigrantes se ven obligados a embarcarse para buscar un futuro de paz y seguridad. Entre algunas de las tantas miles de rutas que existen en el mundo, el Papa ha hecho especial mención a la del desierto del Sahara, a la de la Selva del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá; en Centroamérica, en el norte de México, frontera con Estados Unidos y, sobre todo, en el Mar Mediterráneo.
La ruta del Mar Mediterráneo se ha convertido, tal y como ha expuesto, en un “gran cementerio en la última década” poniendo especial atención a los menores que atraviesan con sus familiares estos caminos.
El Papa Francisco ha aprovechado esta ocasión para agradecer a los organizadores de los “Rencontres Méditerranéennes” y a las autoridades francesas la cálida acogida que le brindaron en su último viaje a la isla de Marsella.
El llamamiento a la Unión Europea
La tragedia que supone la migración puede llegar a “cerrar nuestros corazones” mientras nos atrincheramos por el miedo a una “invasión”. No podemos olvidarnos, según ha dicho el Papa, de las personas que conforman esa migración, “con rostros y nombres como nosotros”. Así mismo, ha querido también recalcar que es imprescindible que la migración sea del mismo modo “reglamentada para acoger, promover, acompañar e integrar a los migrantes, en el respeto a la cultura, la sensibilidad, y la seguridad de las poblaciones que se encargan de la acogida y la integración”.
Asimismo, ha querido recordar el derecho que todos tenemos a permanecer en la propia patria y la necesidad de “crear las condiciones para que ese derecho se pueda poner realmente en práctica”. Ha animado a todos los países a trabajar de forma conjunta en torno a la migración y a “no quedarse solos” para así no abordar la cuestión de forma aislada mediante una legislación represiva”. Por último, también ha hecho un llamamiento a la Unión Europea, para que sea capaz de encontrar soluciones a través del nuevo Pacto sobre la Migración y el Asilo.