Francisco exhorta a las familias a educar sus hijos "con libertad": "Es una de las mayores alegrías"
El Papa se reunió con la Asamblea General de la Asociación Europea de Padres y dejó algunas interesantes reflexiones sobre la vocación y la misión de los padres
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Entre las muchas audiencias que ha tenido el Papa Francisco ayer, sábado 11 de noviembre, una de las más importantes ha sido con la Asamblea General de la Asociación Europea de Padres (EPA). En ella, el Santo Padre ha dejado algunas reflexiones sobre la vocación y la misión de los padres.
“Convertirse en padres es una de las mayores alegrías de la vida. Despierta en las parejas nueva energía, impulso y entusiasmo. Pero inmediatamente uno se enfrenta a tareas educativas para las que a menudo no está preparado”, ha dicho Francisco al principio de su discurso.
Entre las tareas educativas ha citado cuidar a los hijos con amor y estimularles para que maduren y sean autónomos; ayudarles a adquirir hábitos saludables y buenos estilos de vida, respetando su personalidad; ayudarles a afrontar con serenidad su etapa escolar; transmitirles una educación positiva en afectividad y sexualidad o defenderles de amenazas como el acoso escolar, el alcohol, el tabaco, la pornografía, los videojuegos violentos, las apuestas, las drogas…
Francisco ha lamentado que “la misión educativa de los padres no se ve favorecida hoy en día por el contexto cultural, al menos en Europa” al estar marcada por “el subjetivismo ético y el materialismo práctico”: “Siempre se afirma la dignidad de la persona humana, pero a veces no se respeta realmente. Los padres pronto se dan cuenta de que sus hijos están inmersos en esta atmósfera cultural. Lo que "respiran", lo que absorben de los medios de comunicación, está a menudo en contradicción con lo que se consideraba "normal" hace apenas unas décadas, pero que ahora parece que ya no lo es. Por eso, los padres se ven obligados cada día a mostrar a sus hijos la bondad y la racionalidad de opciones y valores que ya no pueden darse por sentados, como el valor mismo del matrimonio y la familia, o la opción de acoger a los hijos como un don de Dios”.
Por eso, el Papa ha pedido a los padres apoyarse mutuamente “para encender una pasión por la educación”: “Educar es humanizar”. “Se puede decir que la tarea educativa tiene éxito cuando los niños descubren la positividad fundamental de su existencia, de su ser en el mundo, y cuando, fuertes en esta convicción, afrontan la aventura de la vida con confianza y valentía, convencidos de que también ellos tienen una misión que cumplir, una misión en la que encontrarán su realización y su felicidad”, ha subrayado Francisco.
La gran tarea educativa de los padres es, según el Santo Padre, “formar personas libres y generosas que han conocido el amor de Dios y que dan libremente lo que saben que han recibido como don. Es un poco – digámoslo así – la transmisión de la gratuidad, que no es fácil de transmitir”.
“Educar a un niño es una verdadera obra social, porque significa formarle en el respeto a los demás, en la cooperación con vistas a un objetivo común, formarle en la responsabilidad, en el sentido del deber, en el valor del sacrificio por el bien común […] todos estos son valores que hacen de un joven una persona fiable y leal, capaz de contribuir al trabajo, a la convivencia civil y a la solidaridad”.
Para Francisco, “es necesario proteger el derecho de los padres a criar y educar a sus hijos con libertad, sin que se les obligue en ningún ámbito, especialmente en el escolar, a tener que aceptar programas educativos reñidos con sus creencias y valores. Este es un reto muy grande en estos momentos”.