Francisco muestra su cercanía a los católicos de China: "Consolación y fuerza para todos los que sufren"

Al final de la Audiencia General, el Santo Padre ha pedido oraciones para que la Buena Nueva "pueda ser anunciada en toda su plenitud, belleza y libertad"

Francisco muestra su cercanía a los católicos de China: "Consolación y fuerza para todos los que sufren"

Redacción Religión

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El Papa Francisco ha mostrado su cercanía este miércoles a los católicos de China, especialmente “a los que sufren, pastores y fieles, para que, en la comunión y solidaridad de la Iglesia universal, puedan experimentar consolación y fuerza”.

Asimismo, el Santo Padre ha pedido oraciones para que la Buena Nueva “pueda ser anunciada en toda su plenitud, belleza y libertad, dando fruto para el bien de la Iglesia católica y de toda la sociedad china”.

Jornada Mundial de Oración por la Iglesia en China

Han pasado dieciseis años desde que el papa Benedicto XVI instituyó la Jornada Mundial de Oración por la Iglesia en China, que se celebra el 24 de mayo, festividad de María Auxiliadora, patrona del país. Esta fiesta se celebra en el país asiático con suma devoción. Miles de peregrinos cristianos visitan anualmente el santuario de María Auxiliadora en Sheshan cerca de Shanghái.

En una carta firmada por Benedicto XVI el domingo de Pentecostés de 2007 dirigida a “los obispos, a los presbíteros, a las personas consagradas y a los fieles laicos de la Iglesia católica en la República Popular China”, el Papa llamaba a la Iglesia en todo el mundo a orar cada año por la Iglesia en China.

El deseo de Benedicto XVI era promover más unidad en una comunidad dividida en "oficial" y "clandestina"; pero al mismo tiempo, el papa emérito también quería apuntar a una mayor comunión entre toda la Iglesia católica y los católicos chinos. Por eso, todos los católicos están llamados a expresar su solidaridad con los cristianos en China en este día.

Por otra parte, también se trata de pedir por el fortalecimiento de la fe de los cristianos en este país asiatico; especialmente porque las posibilidades de testimonio público y la práctica de la fe e incluso la proclamación explícita del evangelio son cada vez más restringidas por el gobierno comunista chino.