Francisco pide en el Cementerio Francés de Roma el final de las guerras: "Engullen a los hijos de la patria"
Con motivo del Día de los Difuntos, el Papa ha celebrado la Misa en este cementerio que rinde homenaje a los soldados que lucharon contra el nazismo
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“Todos daremos el último paso, y lo importante es que nos encuentre en camino”. Son palabras del Papa Francisco durante la Misa que ha oficiado por los fieles difuntos en el Cementerio Militar Francés de Roma, donde ha dedicado una homilía improvisada a las víctimas de la guerra.
"Esta gente ha muerto en la guerra porque ha sido llamada a defender la patria, a defender valores e ideales, y tantas otras veces a defender situaciones políticas tristes y lamentables", expresaba el Santo Padre en referencia a las tumbas de militares caídos en ese camposanto.
"Son víctimas, las víctimas de la guerra, que engulle a los hijos de la patria", añadió el Pontífice, que ha pedido el final de los conflictos bélicos en el mundo.
Momentos antes, Francisco había paseado por el cementerio y depositado algunas flores en algunas tumbas y relató durante la homilía que se detuvo unos minutos frente a una de ellas, en la que se podía leer la frase "Desconocido, muerto por Francia", antes de criticar el hecho de que no se sepa su nombre: "Esta es la tragedia de la guerra", apuntó.
"Estoy seguro de que todas estas personas que han sido llamadas a la guerra para defender la patria, están con el Señor. Debemos esforzarnos para que no haya guerras, para que las economías de los países no refuercen las industrias de las armas", subrayó durante la homilía.
El Sucesor de Pedro apuntó también que las tumbas son "un grito de paz" dirigido a las sociedades, para que pongan fin a los conflictos, pero también a la industria armamentística: "Fabricantes de armas, parad".
Un lugar desconocido para los propios romanos
El Cementerio Militar Francés en Roma, en el que se rinde homenaje a los soldados que lucharon contra el nazismo durante la Campaña de Italia, entre noviembre de 1943 y julio de 1944.
Este cementerio es uno de los lugares menos conocidos de la Ciudad Eterna, pero también uno de los rincones más silenciosos, simbólicos y que además ofrece una de las vistas más bonitas de la ciudad. Se encuentra situado en pleno parque de Monte Mario, una zona verde bastante alejada del centro. Domina la colina desde hace casi 75 años. Las lápidas están distribuidas en terrazas de forma ordenada, rodeadas de olivos, cipreses y palmeras.
Para descubrirlo hay que acudir hasta la Via dei Casali di Santo Spirito, una calle lateral de Via della Camilluccia. El terreno fue cedido en 1945 por el gobierno italiano como homenaje a las tropas francesas que combatieron durante la Segunda Guerra Mundial para liberar a Italia del nazismo. Cada 11 de noviembre se celebra una ceremonia conmemorativa.
De los 1.888 soldados enterrados hoy en el cementerio militar francés de Roma, 1.142 son musulmanes. Sus tumbas son reconocibles por la media luna islámica grabada en cada lápida. Muchos de los fallecidos fueron posteriormente reclamados por sus respectivas familias y trasladados a sus lugares de origen. En todas las lápidas aparece esta inscripción: “Mort pour la France”.
La dura Campaña de Italia entre noviembre de 1943 y junio de 1944
El cementerio contiene las tumbas del Cuerpo Expedicionario Francés en Italia, un grupo de cuatro divisiones militares dirigidas por el general Alphonse Juin, que se distinguió especialmente durante la batalla de Monte Cassino en mayo de 1944.
La historia recordará siembre la dura batalla de Monte Cassino, sede de una importante abadía benedictina, situada en un lugar estratégico, la conocida como “Línea Gustav”. Allí se libró una de las batallas más terribles del conflicto en la que murieron unos 55 000 soldados aliados y 20 000 soldados alemanes. La captura de Montecassino gracias a la colaboración de las tropas francesas sobre el ejército nazi permitió a los aliados reanudar su avance y liberó a las tropas atrapadas en Anzio. Finalmente, Roma fue recuperada el 4 de junio de 1944.
De los 6.200 soldados franceses muertos durante la batalla de Monte Cassino, dos tercios eran del Magreb. De hecho, el Cuerpo Expedicionario Francés estaba formado principalmente por soldados del ejército africano, sobre todo de Marruecos y Túnez. Entre los soldados enterrados en este cementerio hay un gran número de "Goumiers", soldados de nacionalidad marroquí que fueron llamados a luchar en las tropas francesas a lo largo de unos 50 años.
Los guerreros del Atlas: los «goumiers» marroquíes
Estos soldados eran nativos marroquíes reclutados entre las tribus bereberes que habitaban la Cordillera del Atlas. El ejército francés, que ejercía el protectorado sobre Marruecos, organizó a estas tropas en “Goums”, compañías formadas por miembros de la misma tribu, denominados goumiers.
Eran mercenarios que combatían por dinero y se dejaban crecer la barba para tener un aspecto más feroz, cubrían sus cabezas con turbantes y portaban su tradicional daga, la gumía.
Poco a poco se convirtieron en especialistas para la guerra de montaña. Su actuación fue clave para romper la Línea Gustav en Montecassino, que bloqueaba el avance hacia Roma. En Italia sus logros militares estuvieron acompañados de una leyenda negra que les atribuyó saqueos y violaciones sobre la población civil.