Los emotivos regalos que Eva Fernández ha hecho al Papa en el avión: "De Marruecos a Afganistán"

Durante el viaje en avión hacia Marsella, la corresponsal de COPE en Roma y el Vaticano, ha sorprendido al Santo Padre con dos regalos muy significativos

Redacción Religión

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El Papa Francisco ha llegado al destino de su 44º viaje apostólico, Marsella, y durante el vuelo, como es tradición, ha recibido varios regalos de los periodistas que lo acompañan en este periplo.

También Eva Fernández, corresponsal de ABSIDE MEDIA en el vuelo papal, le ha querido regalar dos cosas muy especiales: una cerámica encontrada entre las ruinas de una casa de Marruecos tras el terremoto. Puedes ver aquí el instante en el que la periodista le entregaba los obsequios en pleno vuelo.

El cardenal Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, se la envió a la periodista Eva a través del Padre Óscar, director de la Cáritas Diocesana de Rabat, en agradecimiento por su oración por Marruecos.

Asimismo, Eva Fernández le entregó a Francisco unos dibujos pintados exclusivamente para el Papa de algunas mujeres afganas para que Francisco no se olvide ellos.

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"Mediterráneo, mosaico de esperanzas"

Apenas serán 27 horas las que el Papa Francisco pasará en Marsella, una de las ciudades con mayor índice de pobreza y violencia de Francia.

Acude a su 44º viaje apostólico internacional tras la invitación del cardenal y arzobispo de Marsella, Jean-Marc Aveline, junto a la Conferencia Episcopal francesa y el gobierno francés para clausurar la tercera edición de estos encuentros en los que participarán unas sesenta iglesias de las cinco orillas del Mediterráneo (África del Norte, Europa del Sur, Mar Negro y Egeo, Balcanes y Oriente Medio). Esta edición lleva por título “Mediterráneo, mosaico de esperanzas”.

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¿Por qué viaja el Papa a Marsella?

Ningún viaje del Papa queda al azar, y este destino marca un nuevo hito en la peregrinación mediterránea del pontificado tras su primer viaje apostólico a Lampedusa, el 8 de julio de 2013 a pocos meses de su elección. Desde entonces también ha visitado ciudades y países que comparten este mar común como Tirana, Atenas, Sarajevo, Lesbos, El Cairo, Jerusalén, Chipre, Rabat, Nápoles y Malta. Recientemente, al regreso de la última JMJ en Lisboa, el Papa reiteraba su preocupación por las muertes que siguen llenando de cadáveres la cuenca del Mediterráneo.

Las últimas tragedias que ha sufrido el Mediterráneo, desde el terremoto de Marruecos a las devastadoras inundaciones en Libia, pasando por el colapso de la isla de Lampedusa ante la llegada de inmigrantes hacen especialmente necesario este viaje en el que también se intentará aunar esfuerzos para proporcionar ayuda a los países de la región que cuentan con menos recursos.

El Papa viaja a Marsella, ciudad a la que no acudía un Papa desde 1533, hace casi cinco siglos, para volver a poner el foco en este mar donde ante la indiferencia general siguen desapareciendo miles de personas cada año y los traficantes continúan enriqueciéndose a costa del sufrimiento de los migrantes.

Este es uno de los propósitos fundamentales de este “viaje exprés”, unirse a los obispos de toda la cuenca mediterránea, así como con jóvenes e instituciones de la región para intercambiar experiencias y poner en marcha iniciativas que ofrezcan soluciones a todos los problemas que atraviesa esa extensa región. El Papa nunca ha realizado una visita de Estado a Francia, pero la de Marsella será su segunda visita a una ciudad francesa. El 25 de noviembre de 2014 pasó 4 horas en Estrasburgo para lanzar un discurso a Europa desde el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa.

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