Los hitos más importantes en el diálogo entre cristianos y musulmanes durante el pontificado de Francisco
El Papa emprende un viaje apostólico a Baréin, continuando la ruta marcada por hitos tan importantes como Abu Dhabi, Marruecos, El Cairo, Irak y recientemente Kazajistán
Roma - Publicado el - Actualizado
5 min lectura
En la agenda de Francisco, la búsqueda del diálogo con las demás religiones ha sido una constante en su pontificado. Ya lo había puesto en práctica cuando era arzobispo de Buenos Aires. Probablemente no haya en el mundo una diplomacia tan eficaz como la de buscar puntos de encuentro compartidos, dejando atrás lo que separa. En este tipo de diplomacia la paciencia es providencial y los avances son hacia dentro, apenas dejan huella. Pero marcan caminos.
Quizá sea intuición, experiencia de siglos o sencillamente paciencia. El caso es que, siguiendo la línea marcada por sus predecesores, Francisco va dando pasos de gigante en el complejo mundo del diálogo entre las religiones.
En 2007 el Papa Benedicto apoyó la primera gran declaración musulmana de amistad hacia los cristianos: El documento “Una Palabra Común” fue suscrito por 138 doctores islámicos, y en él se afirmaba que el futuro del mundo depende de la paz entre musulmanes y cristianos. Era una respuesta a su primer discurso sobre el islam en agosto de 2005 en Colonia: “Cuántas páginas de historia registran con dolor las batallas y guerras entre cristianos y musulmanes invocando una y otra parte en nombre de Dios como si combatir al enemigo y matar al adversario fuese algo que a El le agradase”.
El Papa Francisco reza junto al Gran Muftí en la Mezquita Azul de Estambul
En noviembre de 2014 el Papa Francisco viajó a Turquía. Uno de los momentos más significativos de aquel viaje fue su visita a la Mezquita Azul junto al muftí de Estambul, el mismo lugar donde también había rezado Benedicto XVI. El Gran Muftí, Rahmí Yaran tuvo la delicadeza de hacer notar al Papa que justo encima del mihrab se conservaban unos mosaicos con textos del Corán en honor de la Virgen María. Ambos rezaron en silencio durante dos largos minutos y al regreso del viaje el Papa contó que juntos rezaron por Turquía y sobre todo por la paz.
Durante ese mismo viaje, en la catedral católica de Estambul, el pontífice, junto al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, impartieron juntos la bendición y se despidieron con un abrazo entre los aplausos del público. Poco después fue el Papa quien se trasladó hasta la iglesia del patriarca para rezar una plegaria ecuménica conjunta.
A partir de este primer viaje la idea de que los líderes religiosos islámicos tienen que ser los primeros en condenar las matanzas y desenmascarar al falso islam se fue abriendo paso con bastante rapidez hasta que a finales de ese año se celebró una cumbre teológica del islam sunita en la Universidad de Al-Azhar en El Cairo donde se denunció abiertamente el terrorismo del Estado Islámico como una perversión de la religión islámica.
Francisco viaja a El Cairo y pronuncia el primer discurso de un papa en la Universidad de Al Azhar, centro teológico del islam sunnita, practicado por el 85 % de los musulmanes
Años antes, San Juan Pablo II, el 24 de febrero de 2000 había visitado la Universidad de Al-Azhar, en El Cairo, donde el Gran Imán de entonces, Muhhamad Sayyid Tantawi, le recibió con gran respeto, pero todavía no había llegado el momento de escuchar a un Papa en aquella sede. Tan sólo quince años después, Francisco y Ahmed Al-Tayyeb se convirtieron en amigos y han trabajado juntos por la concordia entre las dos mayores religiones.
San Juan Pablo II realizó en el Monte Sinaí una oración por la paz y la armonía entre las religiones, un mensaje que Francisco propuso en Ankara en 2014 a los líderes musulmanes de todo el mundo. Desde entonces, la mayoría se han sumado a esa línea, que en estos momentos es oficial en la Universidad de Al-Azhar. El gran Imán Ahmed Al Tayyeb realizó en 2016 una primera visita histórica al Vaticano y su discurso ha sido siempre en defensa de los cristianos. Desde la universidad de Al-Azhar trabaja para deslegitimar el uso del islam como bandera de muerte.
El primer viaje de Francisco a la Península Arábiga
Aquel periplo a la cuna y corazón del islam marcó un paso histórico de ambas religiones para trabajar juntas por la paz y la libertad religiosa.
Precisamente cuando se celebraba el octavo centenario de la visita de Francisco de Asís al Sultán de Egipto, los Emiratos decidieron que en 2019 se conmemoraría el “Año de la Tolerancia”. El príncipe heredero de Abu Dhabi Mohamed bin Zayed al Nahyan, recibió a Francisco con todos los honores.
Como las imágenes tienen un alto valor simbólico, durante el encuentro interreligioso promovido por el Consejo Musulmán de Ancianos, el príncipe entró llevando de una mano al Papa Francisco y de la otra al Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed al Tayyeb, principal líder espiritual de mil cien millones de musulmanes sunníes. Aquel día, al finalizar sus discursos el Papa y el Gran Imán sorprendieron al mundo firmando el Documento sobre Fraternidad Humana. El primer gran texto común de ambas religiones en el que se afirma que “Dios no desea que su nombre sea utilizado para aterrorizar a la gente”. El documento reconoce la libertad de credo, y afirma que “la protección de los lugares de culto - templos, iglesias y mezquitas - es un deber garantizado por las religiones”.
El viaje a Kazajistán en medio del conflicto con Rusia
Durante el viaje a Kazajistán 80 representantes de religiones del mundo compartieron mesa junto al Papa Francisco. A su lado estaba el rabino jefe sefardí de Israel, y el metropolita ortodoxo Antonij, representante del Patriarca ruso Kirill. Al otro, su amigo Ahmed el-Tayeb, y el patriarca Teófilo III de Jerusalén.
Durante su discurso el Papa reflexionó sobre el papel de los líderes religiosos ante las guerras: “Si el Creador, a quien dedicamos la existencia, ha dado origen a la vida humana, ¿cómo podemos nosotros, que nos profesamos creyentes, consentir que ésta sea destruida?”….“Os pido que nos comprometamos aún más a promover y reforzar la necesidad de que los conflictos se resuelvan no con las ineficaces razones de la fuerza, con las armas y las amenazas, sino con los únicos medios bendecidos por el cielo y dignos del hombre: el encuentro, el diálogo, las negociaciones pacientes, que se llevan adelante pensando especialmente en los niños y en las jóvenes generaciones”