El Papa detiene su mirada en Myanmar: "También yo me pongo de rodillas y digo que cese la violencia"

Al final de la Audiencia General, la voz de Francisco resuena con fuerza por el país asiático que, desde hace un mes y medio tras el golpe militar, está sumido en la represión

El Papa detiene su mirada en Myanmar: "También yo me pongo de rodillas y digo que cese la violencia"

Redacción Religión Vatican News

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"Que el diálogo prevalezca sobre la represión y la armonía sobre la discordia, y que la comunidad internacional preste la ayuda necesaria para que las aspiraciones del pueblo de Myanmar no se vean sofocadas por la violencia". Así, hace pocos días, el 3 de marzo, con motivo del Ángelus, el Papa dirigía su pensamiento y preocupación a Myanmar, desde donde siguen llegando noticias dramáticas. Y hoy el tono de Francisco se vuelve más sentido, recordando con sus palabras la poderosa imagen de la hermana Ann Nu Thawng, la religiosa católica javeriana que se arrodilló frente a los agentes para salvar a los jóvenes durante las manifestaciones pacíficas a favor de la democracia:

Al final de la Audiencia General, la voz de Francisco resuena con fuerza por el país asiático que, desde hace un mes y medio tras el golpe militar, está sumido en la represión y la violencia con un balance de más de 150 muertos. Yo también", dice el Papa, "extiendo mis brazos y digo: cese la violencia

"Una vez más y con tanta tristeza siento la urgencia de evocar la dramática situación de Myanmar, donde tantas personas, especialmente jóvenes, están perdiendo la vida para ofrecer esperanza a su país. Yo también me arrodillo en las calles de Myanmar y digo: que cese la violencia. Yo también extiendo mis brazos y digo: que prevalezca el diálogo. El derramamiento de sangre no resuelve nada. Que prevalezca el diálogo".

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Recordemos que en el país asiático, desde el 1 de febrero, día del golpe militar que destituyó del poder la líder, la Premio Nobel de la Paz Aun San Suu Kyi, se ha producido una escalada de violencia contra los manifestantes pacíficos que reclaman el retorno del Estado de Derecho, incluyendo huelgas y protestas callejeras. Al menos 150 personas murieron, según las ONG. A la "consternación" expresada por la ONU" y a los llamamientos de la comunidad internacional se ha unido desde el principio la acción silenciosa y contundente de la Iglesia: el pasado lunes, durante la Jornada Mundial de Oración, el último llamamiento del cardenal Charles Bo, arzobispo de Yangon, que volvió a hacer un llamamiento al diálogo y a la justicia.

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Preocupado por la situación en Paraguay

El Papa Francisco se mostró también preocupado por la situación en Paraguay y pidió que se pueda encontrar "un camino de diálogo sincero para encontrar las soluciones adecuadas a las actuales dificultades" en el país, además de rechazar cualquier tipo de violencia.

"Las noticias que me llegan de Paraguay me han preocupado. Con la intercesión de la Virgen de los milagros de Caacuté espero que se pueda encontrar un camino de diálogo sincero para hallar soluciones adecuadas a las actuales dificultades y construir la paz tan añorada", dijo Francisco en español al término de la audiencia general de los miércoles celebrada sin fieles en la biblioteca del palacio apostólico.

Francisco añadió al respecto que "la violencia es autodestructiva y con ella no se gana nada sino que se pierde mucho y a veces todo".

Miles de paraguayos protestan en las calles desde hace días y se han producido violentos enfrentamientos con la policía para exigir la renuncia del presidente, Mario Abdo Benítez, ante lo que consideran la mala gestión del Gobierno en la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia del coronavirus.

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