La oración del Papa Francisco por la paz: "Enséñanos a repudiar la locura de la guerra"

"Mueve los corazones de quienes están atrapados por el odio, convierte a quienes alimentan y fomentan conflictos"

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José Melero CamposSara de la Torre

Publicado el - Actualizado

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El Papa Francisco ha pedido a la Virgen María “tome una vez más la iniciativa en favor nuestro, en estos tiempos azotados por los conflictos y devastados por las armas” durante la Jornada de Oración, Ayuno y Penitencia que se ha celebrado en la Basílica de San Pedro por la paz en Oriente Medio y en otros lugares del planeta.

El Santo Padre ha rezado por la paz junto a todos los fieles católicos del mundo y de otras confesiones cristianas y de otras religiones. A las 18.02h de la tarde Francisco, en silencio y desplazándose en silla de ruedas hacía su entrada en el altar de la basílica.

En esta hora de oscuridad, nos sumergimos en tus ojos luminosos y nos confiamos a tu corazón, que es sensible a nuestros problemas y que tampoco estuvo exento de inquietudes y temores”, ha expresado el Pontífice, quien rezaba porque la Virgen volviese sus ojos "a la familia humana que ha extraviado el camino de la paz, que ha preferido Caín a Abel y que, perdiendo el sentido de la fraternidad, no recupera el calor del hogar".

Peligro y confusión

Por ello, el Papa ha pedido a María que interceda "por nuestro mundo en peligro y en confusión" y para que enseñe al hombre "a acoger y a cuidar la vida humana y a repudiar la locura de la guerra, que siembra muerte y elimina el futuro", asevera. "¡Cuánta preocupación cuando no había lugar para Jesús en el albergue, cuánto miedo cuando tuvieron que huir rápidamente a Egipto porque Herodes quería matarlo, cuánta angustia cuando se perdió en el templo. Pero en las pruebas fuiste valiente y audaz, confiaste en Dios y respondiste a la preocupación con la solicitud, al miedo con el amor, a la angustia con la donación. En los momentos decisivos no retrocediste, sino que tomaste la iniciativa: fuiste sin demora a ver a Isabel, en las bodas de Caná obtuviste el primer milagro de Jesús, en el Cenáculo mantuviste unidos a los discípulos. Y cuando en el Calvario una espada traspasó tu alma, tú, mujer humilde y fuerte, entretejiste de esperanza pascual la noche del dolor!".

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El Papa le ha pedido ayuda "para mantener la unidad en la Iglesia y a ser artífices de comunión en el mundo. Recuérdanos la importancia de nuestro papel, haz que nos sintamos responsables por la paz, llamados a rezar y a adorar, a interceder y a reparar por todo el género humano". Solos no podemos lograrlo, ha reconocido Francisco, "sin tu Hijo no podemos hacer nada. Pero tú nos llevas a Jesús, que es nuestra paz. Por eso, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros recurrimos a ti, buscamos refugio en tu Corazón inmaculado. Imploramos misericordia, Madre de misericordia; suplicamos paz, Reina de la paz. Mueve los corazones de quienes están atrapados por el odio, convierte a quienes alimentan y fomentan conflictos. Enjuga las lágrimas de los niños, asiste a los que están solos y son ancianos, sostiene a los heridos y a los enfermos, protege a quienes tuvieron que dejar su tierra y sus seres queridos, consuela a los desanimados, reaviva la esperanza".

"Te entregamos y consagramos nuestras vidas, cada fibra de nuestro ser, lo que tenemos y lo que somos, para siempre. Te consagramos la Iglesia para que, testimoniando al mundo el amor de Jesús, sea signo de concordia e instrumento de paz. Te consagramos nuestro mundo, especialmente los países y las regiones en guerra".