El Papa Francisco, en la Audiencia General: "En el camino hacia la santidad, los pobres son protagonistas"

El Santo Padre ha vuelto a presidir la tradicional Audiencia General reflexionando sobre la figura de la santa Mary MacKillop: "Cuidó a los pobres y los marginados"

Redacción Religión

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El Papa Francisco ha reanudado este miércoles la tradicional Audiencia General tras la operación abdominal realizada a principios de mes en el Hospital Gemelli de Roma y ha finalizado su serie de catequesis sobre el celo apostólico. Ha sido la última Audiencia General antes de descansar, como es de tradición, durante todo el mes de julio.

Este miércoles, el Pontífice ha reflexionado sobre una religiosa, la santa Mary MacKillop, fundadora de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón, que dedicó su vida a la formación intelectual y religiosa de los pobres en la Australia rural.

Esta santa, cuando todavía era una niña, “se sintió llamada por Dios a servirlo y testimoniarlo no solo con las palabras, sino sobre todo con una vida transformada por la presencia de Dios. Como María Magdalena, que fue la primera en encontrar a Jesús resucitado y fue enviada por Él a llevar el anuncio a los discípulos, Mary estaba convencida de ser ella también enviada a difundir la Buena Noticia”.

La mejor forma de hacerlo, en la Australia rural, era a través de la educación de los jóvenes: “La educación católica es una forma de evangelización”. Mary MacKillop lo fue sobre todo a través de la fundación de escuelas: “Una característica esencial de su celo por el Evangelio consistía en cuidar de los pobres y los marginados”.

En 1866, esta santa abrió la primera escuela en un pequeño suburbio al sur de Australia y le siguieron tantas otras que ella, junto con sus hermanas, fundaron las comunidades rurales en Australia y Nueva Zelanda.

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“Ella estaba convencida de que el fin de la educación es el desarrollo integral de la persona tanto como individuo que como miembro de la comunidad; y que esto requiere sabiduría, paciencia y caridad por parte de todo profesor. En efecto, la educación no consiste en llenar la cabeza de ideas, sino en acompañar y animar a los estudiantes en el camino de crecimiento humano y espiritual, mostrándoles cuánto la amistad con Jesús Resucitado dilata el corazón y hace la vida más humana. Esta visión es plenamente actual hoy, cuando sentimos la necesidad de un “pacto educativo” capaz de unir a las familias, las escuelas y toda la sociedad”, ha subrayado el Santo Padre.

El discipulado misionero de Santa Mary MacKillop, su respuesta creativa a las necesidades de la Iglesia de su tiempo y su compromiso por la formación integral de los jóvenes “nos inspire hoy a todos nosotros, llamados a ser levadura del Evangelio en nuestras sociedades en rápida transformación”.

“Su ejemplo y su intercesión sostengan el trabajo cotidiano de los padres, de los profesores, de los catequistas y de todos los educadores, por el bien de los jóvenes y por un futuro más humano y lleno de esperanza”, ha remarcado Francisco al final de la catequesis.

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