El Papa Francisco insta en el Ángelus de hoy a “sorprendernos cada día por los dones de Dios”

El Santo Padre ha invitado en el rezo del Ángelus a no caer en la comodidad de buscar culpables y a "plantearse preguntas más exigentes"

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Redacción Religión

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ha realizado este domingo el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano ante centenares de fieles. El Santo Padre ha invitado a no caer en la comodidad de buscar culpables y a “plantearse preguntas más exigentes”. El Evangelio de hoy muestra cómo Jesús devuelve la vista a un hombre ciego de nacimiento. Las reacciones de los vecinos y las autoridades son contradictorias y

Dar el testimonio de Jesús

El Santo Padre pone de manifiesto que el único que reacciona bien es el ciego: feliz de ver, testimonia lo que le ha sucedido de la forma más sencilla: «Era ciego y ahora veo» (v. 25). “Primero se veía obligado a pedir limosna y sufría los prejuicios de la gente: “es pobre y ciego de nacimiento, debe sufrir, debe pagar por sus pecados o por los de sus antepasados”. Ahora, libre en el cuerpo y en el espíritu, da testimonio de Jesús: no inventa nada y no esconde nada. No tiene miedo de lo que dirán los otros: el sabor amargo de la marginación ya lo ha conocido durante toda la vida, ya ha sentido sobre él la indiferencia y el desprecio de los transeúntes, de quien lo consideraba como un descarte de la sociedad, útil a lo sumo para la piedad de alguna limosna. Ahora, curado, ya no teme esas actitudes de desprecio, porque Jesús le ha dado plena dignidad: en sábado, delante de todos, le ha liberado y le ha donado la vista sin pedirle nada, ni siquiera un gracias, y él da testimonio”.

En su reflexión, el Pontífice indica que “con todos estos personajes el Evangelio de hoy nos pone también a nosotros en medio de la escena, así que nos preguntamos: ¿qué posición tomamos?, ¿qué hubiéramos dicho entonces? Y, sobre todo, ¿qué hacemos hoy? Como el ciego, ¿sabemos ver el bien y ser agradecidos por los dones que recibimos? ¿Testimoniamos a Jesús o difundimos críticas y sospechas? ¿Somos libres frente a los prejuicios o nos asociamos a los que difunden negatividad y chismes? ¿Estamos felices de decir que Jesús nos ama y nos salva o, como los padres del ciego de nacimiento, nos dejamos enjaular por temor a lo que pensará la gente? Y también, ¿cómo acogemos las dificultades y los sufrimientos de los demás, como maldiciones o como ocasiones para hacernos cercanos a ellos con amor?”.

“Sorprendernos cada día por los dones de Dios”

Francisco ha invitado a que “pidamos la gracia de sorprendernos cada día por los dones de Dios y de ver las diferentes circunstancias de la vida, también las más difíciles de aceptar, como ocasiones para obrar el bien, como hizo Jesús con el ciego. La Virgen nos ayude en esto, junto a San José, hombre justo y fiel”.