El Papa Francisco a la Unión de Superioras Mayores de Italia: “Sean generadoras de esperanza”

El Santo Padre ha exhortado a las hermanas a ser constructoras del Reino de Dios, en comunión con las demás realidades eclesiales "sin perder la alegría, la audacia y la entrega"

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Redacción Religión

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El Papa Francisco ha recibido este jueves a la Unión de Superioras Mayores de Italia, a quienes ha invitado a caminar juntos en la Iglesia, volviendo siempre al Evangelio para encontrar nuevos caminos y palabras para el mundo actual. Cerca de 300 son las participantes participantes en la 70ª Asamblea General de la Unión de Superioras Mayores de Italia (USMI) que trata el tema "En camino sinodal, mujeres testigos del Resucitado", y que han sido recibidas por el Santo Padre en la Sala Clementina. A las religiosas Francisco les ha pedido que sean generadoras de esperanza, fermento de Dios en medio de la humanidad. “Si una consagrada no da testimonio del Resucitado, ahí termina su vida”.

Nuevos caminos para el mundo actual

Las mujeres fueron los primeros testigos de la Resurrección. Ellas son el modelo de discípulas al que mirar porque nos recuerdan "que si tenemos el coraje de recuperar la frescura original del Evangelio, surgen nuevos caminos, surgen métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual”, explica Francisco.

El Santo Padre hizo hincapié en que Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los que pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. "Cristo es el 'Evangelio eterno'" y "su riqueza y belleza son inagotables”: “Vayan siempre con coraje, busquen al Señor, lo que nos dice hoy; no lo que nos dijo ayer”.

Sembrar esperanza, la más fuerte de las virtudes

Escuchar, mirar y tocar la realidad, no despegarse nunca de ella y estar "en órbita", recomienda el Pontífice, que también apela a las Superioras Mayores de Italia a ser sembradoras de esperanza ante las pocas vocaciones, el problema de las obras y la necesidad de interculturalidad en la vida consagrada. "Los desafíos existen para ser superados" y la esperanza es "la más pequeña, pero la más fuerte de las y virtudes: Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega plena de esperanza. Sus numerosos proyectos hablan de esta dedicación plena de esperanza. ¡Sigan por este camino!”.

La amargura, elixir del diablo

Hablando fuera de texto, Francisco advierte contra las enfermedades de la vida consagrada, en particular la amargura, "ese espíritu de acidez interior" que sólo mira las dificultades o erige "un monumento al 'pero, sin embargo', buscando siempre lo que está mal". "La amargura", de hecho, según el Papa, "es el licor del diablo" y es la antítesis de la esperanza. “Cuando se cultiva el vinagre en lugar de azúcar, algo no funciona. La amargura, la acidez del corazón, hace mucho mal. Por favor, cuando vean que en una comunidad alguna hermana está en esto, ayúdenla a salir de esta situación; ayúdenla a salir de la situación de la gente melancólica que siempre piensa: "Pero, otros tiempos eran mejores, las cosas no van, que aquí, que allá...". Este es el elixir del diablo, esta amargura, licor de amargura. Por favor, nada de esto, solo dejemos que el Espíritu nos dé esta dulzura, que es una dulzura espiritual”.