El Papa recuerda a los difuntos de "las guerras de hoy" en un día para "la memoria y la esperanza"
Francisco ha celebrado la Santa Misa en el "Cementerio de la Guerra" de Roma y ha pedido por la paz en el mundo: "Las guerras son siempre una derrota"
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El Papa Francisco ha celebrado este jueves, 2 de noviembre, la Santa Misa por todos los difuntos en el “Cementerio de la Guerra” de Roma donde están enterrados soldados aliados británicos y de la Commonwealth que lucharon por la liberación de Italia en la II Guerra Mundial.
Durante la homilía, el Santo Padre ha destacado dos aspectos en una celebración como la de este día: memoria y esperanza. “Hacemos memoria de los que nos han precedido, memoria de personas que nos han hecho mucho bien, familiares y amigos que en la memoria de Dios han sido acogidos. Ahí está el misterio de esta gran misericordia del Señor”, ha dicho el Papa al principio de la homilía.
Este recuerdo de los difuntos sirve también “para mirar hacia adelante, en nuestro camino […] caminamos hacia el encuentro con todos, con el Señor, y debemos pedirle esta gracia de la esperanza que nunca defrauda, la esperanza de cada día, que nos lleva adelante, que nos ayuda a resolver los problemas de cada día. Esa esperanza que nunca defrauda”.
Entre memoria y esperanza, el Papa Francisco se ha detenido en reflexionar sobre algo que ha visto entrando en el “Cementerio de la Guerra” de Roma: la edad de los caídos, la mayoría entre 20 y 30 años. Son “vidas truncadas, vidas sin futuro. Y he pensado en los padres, en las madres que recibieron una carta diciéndoles que tenían un hijo héroe. Tantas lágrimas en estas vidas truncadas”.
Y entonces el Papa no ha podido evitar reflexionar sobre las guerras de hoy: “Lo mismo sucede hoy […] tantos jóvenes fallecidos, incluso en las guerras más cercanas a nosotros […] la vida se destruye sin tener conciencia de ello”.
“Hoy, pensando en los difuntos, en su memoria, y teniendo esperanza, pedimos al Señor la paz, para que no se siga matando en las guerras. Tantos muertos inocentes, tantos soldados que pierden allí sus vidas [...] las guerras son siempre una derrota, siempre. Pedimos al Señor por nuestros muertos, por todos”.