El Papa pide que Israel y Palestina ''sean dos estados libres y con buenas relaciones''

En la audiencia general, Francisco pide insistentemente rezar por la paz y recuerda a los soldados jóvenes que mueren en Ucrania

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El Papa Francisco ha recordado en la audiencia de este miércoles las guerras en Ucrania, Palestina, Israel y Myanmar. ''La guerra es un fracaso y su guadaña una fábrica de armas. Por favor, recemos por la paz''. De esta forma, hace un llamamiento a las conciencias y obras de los fabricantes de armas.

En referencia a ''la martirizada Ucrania'', ha incidido en que ''soldados jóvenes mueren''. Este miércoles 24 de abril, se cumplen dos años y dos meses del comienzo de la invasión rusa. E insiste en rogar por Medio Oriente y la guerra y sufrimiento en Gaza. Francisco ha recordado la postura del Vaticano para la paz en Tierra Santa, ''que Israel y Palestina sean dos estados libres y con buenas relaciones. Recemos por la paz''.

Catequesis

La carta a los Colosenses de san Pablo ha guiado la meditación de la audiencia. ''Hermanos, damos gracias a Dios el padre de nuestro Señor Jesucristo, orando sin cesar por vosotros desde que nos hemos enterado de la fe que tenéis en Cristo Jesús''.

Tras varias audiencias de los miércoles dedicadas a las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza, el Santo Padre ha abordado en su catequesis las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Si bien, Francisco define las virtudes cardinales ''patrimonio de la humanidad'', el cristianismo no las ha sustituido, ''sino enfocado, potenciado, purificado e integrado''.

Estas tres virtudes aparecen en el Nuevo Testamento en varias ocasiones, vinculadas con Cristo y como la base de las nuevas comunidades cristianas.

''Las virtudes cardinales corren el riesgo de generar hombres y mujeres heroicos que hacen el bien, pero que actúan solos, aislados'', Francisco destaca que ''el gran don de las virtudes teologales es la existencia vivida en el Espíritu Santo''.

El sucesor de san Pedro asegura que el Espíritu Santo distingue en el corazón de las personas el mal del bien, activa las virtudes teologales, ante la pérdida de confianza, el desánimo y el corazón endurecido, ''Dios lo enternece con su amor''.