¿Por qué viaja el Papa Francisco a Marsella?

El Santo Padre escuchará los testimonios de inmigrantes que llegaron al país a través de una ruta peligrosa en la frontera franco-italiana

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Redacción Religión

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Ningún viaje del Papa queda al azar, y este destino marca un nuevo hito en la peregrinación mediterránea del pontificado tras su primer viaje apostólico a Lampedusa, el 8 de julio de 2013 a pocos meses de su elección. Desde entonces también ha visitado ciudades y países que comparten este mar común como Tirana, Atenas, Sarajevo, Lesbos, El Cairo, Jerusalén, Chipre, Rabat, Nápoles y Malta. Recientemente, al regreso de la última JMJ en Lisboa, el Papa reiteraba su preocupación por las muertes que siguen llenando de cadáveres la cuenca del Mediterráneo.

La inmigración y el medio ambiente serán los temas claves de la visita de 30 horas que el Papa Francisco realizará a Marsella con motivo de la tercera edición de los Encuentros del Mediterráneo, que reúnen a obispos y jóvenes del sur de Europa y el norte de África para abordar retos comunes como las migraciones o el diálogo interreligioso. En el viaje a su segunda ciudad francesa después de Estrasburgo en 2014, el pontífice cerrará estos trabajos y, sobre todo, escuchará los testimonios de inmigrantes que llegaron al país a través de una ruta peligrosa en la frontera franco-italiana.

Ciudad a la que no acudía un Papa desde 1533

Las últimas tragedias que ha sufrido el Mediterráneo, desde el terremoto de Marruecos a las devastadoras inundaciones en Libia, pasando por el colapso de la isla de Lampedusa ante la llegada de inmigrantes hacen especialmente necesario este viaje en el que también se intentará aunar esfuerzos para proporcionar ayuda a los países de la región que cuentan con menos recursos.

El Papa viaja a Marsella, ciudad a la que no acudía un Papa desde 1533, hace casi cinco siglos, para volver a poner el foco en este mar donde ante la indiferencia general siguen desapareciendo miles de personas cada año y los traficantes continúan enriqueciéndose a costa del sufrimiento de los migrantes.

Este es uno de los propósitos fundamentales de este “viaje exprés”, unirse a los obispos de toda la cuenca mediterránea, así como con jóvenes e instituciones de la región para intercambiar experiencias y poner en marcha iniciativas que ofrezcan soluciones a todos los problemas que atraviesa esa extensa región. El Papa nunca ha realizado una visita de Estado a Francia, pero la de Marsella será su segunda visita a una ciudad francesa. El 25 de noviembre de 2014 pasó 4 horas en Estrasburgo para lanzar un discurso a Europa desde el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa.