El simbólico regalo de un sacerdote ucraniano que recibe el Papa Francisco: "Es algo terrible"

Durante el viaje en avión hacia Mongolia, la corresponsal de ABSIDE MEDIA en Roma, Eva Fernández, ha sorprendido al Santo Padre con un regalo muy significativo

Redacción Religión

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El Papa Francisco ha llegado al destino de su 43º viaje apostólico, Mongolia, y durante el vuelo, como es tradición, ha recibido varios regalos de los periodistas que lo acompañan en este periplo.

También Eva Fernández, corresponsal de ABSIDE MEDIA en el vuelo papal, le ha querido regalar algo muy especial: una cantimplora ametrallada de un soldado que sobrevivió y, agradecido a la Virgen por haberle salvado la vida, la llevó a la Iglesia Castrense de Leopolis.

El sacerdote que tuvo la cantimplora en su parroquia es Padre Taras Mykalchuk, Capellán Militar Iglesia de la Guarnición de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.

Francisco ya es el primer Papa que pisa suelo mongol. Un cielo despejado daba la bienvenida al Santo Padre a Ulán Bator. Llegó al Aeropuerto Internacional de Gengis Khan a las 9:52 hora local tras un trayecto de unas 9 horas y 30 minutos y más de 8.000 kilómetros.

Fue recibido por la ministra de Relaciones Exteriores, Battsetseg Batmunkh, mientras una joven mongola con traje tradicional le ofrecía una taza de yogur seco, la máxima señal de hospitalidad en el país. El Pontífice ya se encuentra en la Prefectura Apostólica, donde se alojará durante su estancia en la nación.

En el vuelo, Bergoglio dialogó con unos 70 periodistas de todo el mundo que le acompañaban, les agradeció su labor y pronunció una breve reflexión. El Papa consideró durante el vuelo que "ir a Mongolia es ir a un pueblo pequeño en una tierra grande": "Este país parece no tener fin y sus habitantes son pocos, un pueblo pequeño con una gran cultura". También cree "que nos hará bien comprender este silencio, tan largo, tan grande, a entender lo que significa, pero no intelectualmente, entenderlo con los sentidos".

Las palabras del Padre Taras Mykalchuk en Leopólis

En el vídeo enviado a la corresponsal de ABSIDE MEDIA, el sacerdote ha querido explicar la historia de esta cantimplora: “Nos la trajo una persona que había sobrevivido a la guerra porque estaba agradecido a Dios por estar vivo […] y la trajo además para recordar que la guerra es algo terrible”.

Querríamos ofrecerle esta cantimplora de este militar que sobrevivió al Papa para que tuviera esto de nuestra parte, que siga rezando y estando a nuestro lado”, ha subrayado el sacerdote en el vídeo.

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