Custodiar, escuchar, curar: los tres pasos que reclama el Papa para reparar a víctimas de abusos
Francisco sostiene que la lucha contra esta lacra requiere la implicación de todos los fieles para "combatir toda forma de abuso, ya sea sexual, de poder o de conciencia"
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Custodiar, escuchar, curar. Son los tres verbos que propone el Papa Francisco para la lucha contra los abusos en el seno de la Iglesia, y que ha pronunciado en su discurso durante el 'I Encuentro Nacional de los Servicios y Centros Territoriales de Escucha para la protección de menores y personas vulnerables' impulsada por la Conferencia Episcopal Italiana.
Un problema, apunta el Santo Padre, que requiere de “la implicación de todo el pueblo de Dios”, para proteger a los menores y colectivos vulnerables, así como “combatir toda forma de abuso, ya sea sexual, de poder o de conciencia”.
“Participar activamente en el dolor de las personas heridas y asegurar que toda la comunidad sea responsable de la protección de los menores y de los más vulnerables. Toda la comunidad cristiana, en la riqueza de sus componentes y capacidades, debe implicarse, porque la acción de protección es parte integrante de la misión de la Iglesia en la construcción del Reino de Dios: proteger significa dirigir el corazón, la mirada y trabajar con precisión en favor de los más pequeños e indefensos. Proteger el corazón significa esto. Es un camino que requiere renovación interna y comunitaria en justicia y verdad”, ha expresado el Pontífice.
Francisco advierte que para cuidar a las víctimas no se pueden ocultar los abusos
De esta manera, Francisco ha advertido que proteger implica no permitir el silencio ni ocultamiento de estos abusos: “No es una cuestión negociable; y sabe también que es importante perseguir la búsqueda de la verdad y el restablecimiento de la justicia en el seno de la comunidad eclesial, incluso en aquellos casos en los que determinadas conductas no son consideradas delitos por el derecho estatal, pero sí por las normas canónicas”.
Asimismo, ha precisado que custodiar también implica prevenir el daño, siendo para ello necesaria la formación constante “encaminadas a difundir la sensibilidad y la atención hacia la protección de los más frágiles”.
Escucha de las víctimas
Por otro lado, el obispo de Roma ha recordado que para la protección de los menores y sanar sus heridas es fundamental la escucha: “Para custodiar es necesario saber escuchar, dejando de lado toda forma de protagonismo e interés personal. La escucha es un movimiento del corazón y es también una opción fundamental para poner en el centro de todas nuestras acciones a quienes han sufrido o sufren y a quienes son más frágiles y vulnerables”, ha argumentado.
En este sentido, el Sucesor de Pedro ha subrayado que "solo escuchar el dolor de las personas que han sufrido estos terribles crímenes abre a la solidaridad y nos empuja a hacer todo lo posible para garantizar que los abusos no se repitan".
Al final de su discurso, el Papa ha destacado que a través del camino del cuidado y la escucha de las víctimas, se está en disposición de sanar el daño como “obra de justicia: “Precisamente por eso es importante perseguir a quienes cometen tales crímenes, más aún si se trata de contextos eclesiales. Y ellos mismos tienen el deber moral de una profunda conversión personal, que lleve al reconocimiento de la propia infidelidad vocacional, a la reanudación de la vida espiritual y a la humilde petición de perdón a las víctimas por sus acciones”.
Los peligros de la era digital
Para concluir, Francisco ha advertido sobre los peligros de la era digital y su papel en los abusos, por lo que pide a los obispos italianos ocuparse “de algo muy malo que sucede, que son las películas pornográficas que usan los niños. Esto sucede, o, mejor dicho, está en manos de quien paga, en su teléfono móvil. ¿Dónde se hacen estas películas? ¿Quién es responsable? ¿En qué país? Por favor, trabajen en esto: es una lucha que debemos dar porque lo peor se está propagando en los celulares. Sigan haciendo todo lo posible para que todos aquellos que han sido heridos por el flagelo de los abusos puedan sentirse libres de acudir con confianza a los Centros de Escucha, encontrando esa acogida y ese apoyo que puedan aliviar sus heridas y renovar la confianza traicionada”, ha pedido el Santo Padre.