“Dios nos llama a un cambio de mentalidad absoluta": el mensaje del Papa Francisco ante los abusos
El III Congreso Latinoamericano promovido por el CEPROME se celebrará entre los días 12 y 14 de marzo en Panamá y han recibido un mensaje del Pontífice. "Formar personas firmes".
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El Papa Francisco ha dirigido un mensaje a los participantes del III Congreso Latinoamericano promovido por el CEPROME (Centro de Protección de Menores) que se está celebrando entre el 12 y el 14 de marzo en Panamá.
“Dios nos llama a un cambio de mentalidad absoluta"
El Pontífice pidió sintonizar con las fragilidades, propias e institucionales, como base para erradicar lo que él considera “la lacra de los abusos en todos los ámbitos de la sociedad”. Además, animó a todos los participantes a mirar con los ojos de Dios, la compleja problemática de los abusos sexuales, explicando que dicha perspectiva puede ayudar a comprender el fenómeno de la vulnerabilidad. De esta forma, afirmó que “Dios nos llama a un cambio de mentalidad absoluta sobre nuestra concepción de las relaciones privilegiando al menor, al pobre, al servidor, al ignorante, sobre el mayor, el rico, el amo, el letrado”.
El mensaje del Papa continuó indicando que “ver la propia flaqueza como una excusa para dejar de ser personas cabales y cristianos enteros, incapaces de asumir el control de su destino, creará personas infantiles, resentidas”.
Los participantes en este congreso provienen de más de 20 países diferentes y entre ellos se encuentran laicos, cardenales, obispos y religiosos cuya labor diaria se enfrenta a enormes desafíos y que el Pontífice también ha querido recalcar, animándolos a que continúen con su trabajo. “Humanizar las relaciones en cualquier sociedad, también en la Iglesia, supone trabajar con denuedo para formar personas maduras, coherentes, que, firmes en su fe y en sus principios éticos, sean capaces de afrontar el mal, dando testimonio de la verdad con mayúsculas”.
Además, el concepto de la vulnerabilidad también se ha ampliado a diferentes ámbitos: los abusos también pueden ser de poder, de autoridad, de conciencia y espirituales y que si no constituyen necesariamente delitos, dejan profundad heridas en las víctimas”.