Francisco lamenta que la esclavitud "no es un recuerdo del pasado": "El mundo suele cerrar los ojos"
El Papa ha reflexionado sobre la figura de san Daniel Camboni, "apóstol lleno de celo por África": "Su celo nació enérgico y profético en el oponerse a la indiferencia"
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El Papa Francisco ha presidido como cada miércoles la Audiencia General en la plaza San Pedro y ha continuado sus catequesis sobre los “testigos ejemplares de celo apostólico”. Este miércoles el Santo Padre se ha detenido en el testimonio de san Daniel Camboni, “apóstol lleno de celo por África”.
Este santo vivió en un contexto caracterizado por el horror de la esclavitud, de la que era testigo: “La esclavitud “cosifica” al hombre, cuyo valor se reduce al ser útil a alguien o algo. Pero Jesús, Dios hecho hombre, ha elevado la dignidad de cada ser humano y ha desenmascarado la falsedad de la esclavitud”.
Este obispo italiano entendió “que la esclavitud social tiene sus raíces en una esclavitud más profunda, la del corazón, la del pecado, de la cual el Señor nos libera. Como cristianos, por tanto, estamos llamados a combatir contra toda forma de esclavitud”.
Francisco ha lamentado que la esclavitud, así como el colonialismo, “no es un recuerdo del pasado”. Especialmente en África, sigue este drama “ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca”. Francisco ha renovado el llamamiento que hizo en Kinshasa en su viaje a la República Democrática del Congo: “No toquen el África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear”.
Volviendo a la historia y al ejemplo misionero de san Daniel Comboni, el Santo Padre ha subrayado que las “personas evangelizadas no eran solo “objetos” sino “sujetos de la misión”. San Daniel deseaba hacer a todos los cristianos protagonistas de la acción evangelizadora. Con este ánimo pensó y actuó de forma integral, involucrando al clero local y promoviendo el servicio laical de las catequesis”.
“Concibió así también el desarrollo humano, cuidando las artes y las profesiones, favoreciendo el rol de la familia y de la mujer en la transformación de la cultura y de la sociedad. ¡Qué importante, también hoy, hacer progresar la fe y el desarrollo humano desde dentro de los contextos de misión, en vez de trasplantar modelos externos o limitarse a un estéril asistencialismo!”, ha afirmado Francisco. La fuente de la capacidad misionera para este obispo italiano, “es, por tanto, la caridad, en particular el celo en el hacer propios los sufrimientos de los otros, en el sentirlos en la propia piel y en el saber aliviarlos, como buenos cirineos de la humanidad”.
San Daniel “testimonia el amor del buen Pastor, que va a buscar a quien está perdido y da la vida por el rebaño. Su celo nació enérgico y profético en el oponerse a la indiferencia y a la exclusión. Su celo nació enérgico y profético en el oponerse a la indiferencia y a la exclusión”.
“El sueño de Comboni es una Iglesia que hace causa común con los crucificados de la historia, para experimentar con ellos la resurrección. Su testimonio parece repetir a todos nosotros, hombres y mujeres de Iglesia: “No olvidéis los pobres, amadlos, porque en ellos está presente Jesús crucificado, esperando resucitar””, ha dicho Francisco al final de la Audiencia General.