Francisco, a los fieles: "La Iglesia no encuentra su alegría en las cosas del mundo, sino en evangelizar"
En la Misa por la festividad de Pedro y Pablo que ha presidido el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, asegura que ambos Apóstoles constituyen "dos columnas de la fe"
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El Papa Francisco ha llamado el Pueblo de Dios a una Iglesia en salida “que no encuentra su alegría en las cosas del mundo, sino en anunciar el Evangelio al mundo, para sembrar la pregunta sobre Dios en el corazón de las personas”.
Durante su alocución durante la Misa por la festividad de Pedro y Pablo que ha tenido lugar en la Basílica de San Pedro, el Santo Padre ha instado a los fieles a llevar a Jesús a todas partes “con humildad y alegría” en todos los ámbitos de la sociedad como “en nuestras familias, en las relaciones y en los barrios, en la sociedad civil, en la Iglesia, en la política, en el mundo entero, especialmente allí donde anidan la pobreza, la degradación y la marginación”, ha expresado Francisco en la homilía.
El Pontífice ha reivindicado las figuras de Pedro y Pablo, “dos Apóstoles enamorados del Señor”, y que para Francisco constituyen dos columnas de la fe de la Iglesia. Sobre Pedro, el Papa considera que vivió “en el seguimiento del Señor”.
“Sólo después de haber vivido la fascinante aventura de seguir al Señor, después de haber caminado con Él y en pos de Él durante tanto tiempo, Pedro llega a esa madurez espiritual que lo lleva, por gracia, a una profesión de fe tan lúcida”, ha manifestado.
El obispo de Roma ha llamado a los fieles a seguir el camino de Pedro, quien siguiendo al Señor aprendió “a conocerlo cada día. Es haciéndonos sus discípulos y acogiendo su Palabra la manera en que nos convertimos en sus amigos y experimentamos su amor transformador”, ha asegurado.
En este sentido, el Papa Francisco remarca que “podemos posponer tantas cosas en la vida”, pero matiza que “el seguimiento de Jesús es inaplazable; ahí no podemos dudar, no podemos poner excusas. Y cuidado, porque algunas excusas se disfrazan de espiritualidad, como cuando decimos "no soy digno", "no soy capaz", "¿qué puedo hacer yo?". Esto es un truco del demonio, que nos roba la confianza en la gracia de Dios, haciéndonos creer que todo depende de nuestras capacidades”, ha alertado.
Ya sobre al figura de Pablo, el Sucesor de Pedro ha explicado que su acercamiento a Cristo se produjo desde el anuncio del Evangelio, en el contexto de la persecución a los cristianos: “Atrincherado en sus convicciones religiosas, Jesús resucitado salió al encuentro de Pablo y lo dejó ciego con su luz, o, mejor dicho, gracias a esa luz Saulo se dio cuenta de lo ciego que estaba: encerrado en el orgullo de su rígida observancia, descubrió en Jesús el cumplimiento del misterio de la salvación”.
Por ello, Francisco cree que Pablo nos enseña a crecer en la fe y en el conocimiento del misterio de Cristo “cuanto más somos sus heraldos y testigos. Esto sucede siempre: cuando evangelizamos, somos evangelizados. La Palabra que llevamos a los demás vuelve a nosotros, porque en la medida en que damos, recibimos mucho más”, ha agregado el Papa en su homilía.