El Papa crea este sábado 13 nuevos cardenales en un consistorio sin visita por la pandemia
nueve de ellos tendrán derecho a voto en un eventual cónclave. Uno de los cardenales nombrados es el español Mons. Celestino Aós Braco, Arzobispo de Santiago de Chile
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El Papa creará este sábado 28 de noviembre trece nuevos cardenales, nueve con derecho a voto en un eventual cónclave, en un consistorio marcado por la pandemia donde predominarán las medidas de seguridad como la prohibición de las habituales visitas de cortesía o los habituales abrazos entre los nuevos purpurados y el Papa tras la imposición de la birreta cardenalicia.
Según ha confirmado la oficina de prensa de la Santa Sede, dos de los nuevos purpurados --Monseñor José Advíncula, Arzobispo de Capiz (Filipinas) y Monseñor Cornelius Sim, obispo de Puzia de Numidia, vicario apostólico de Brunei-- no podrán asistir a la ceremonia por las disposiciones sanitarias si bien "serán creados cardenales igualmente" ya que podrán conectarse a la ceremonia a través de una plataforma digital.
"En otro momento todavía por fijar --aclara el Vaticano-- un representante del Santo Padre les hará entrega de la birreta, el anillo y la bula con el título".
En la ceremonia, en la que será creado cardenal el español Monseñor Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago de Chile, que tuvo que guardar cuarentena tras su llegada a Italia, se evitarán las visitas de cortesía, que solían convertirse en un baño de masas con abrazos y besos del nuevo purpurado con cientos de fieles.
Además, el acceso será muy limitado de manera que los billetes que reparte la Casa Pontificia estarán reservados a los acompañantes de los neo-cardenales. En cualquier caso, no más de cien personas.
El consistorio será presidido por el Papa en la basílica de San Pedro el sábado 28 y al día siguiente celebrará una misa en la que concelebrarán los nuevos cardenales que coincidirá con el primer domingo de adviento.
Los nuevos purpurados que tendrán derecho a voto en un hipotético conclave son: el obispo maltés Mario Grech nuevo Secretario General del Sínodo de Obispos; Monseñor Marcello Semeraro, nuevo Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos; Monseñor Antoine Kambanda, arzobispo de Kigali (Uganda); Wilton Daniel Gregory, arzobispo de Washington (EEUU); Monseñor José Advíncula, Arzobispo de Capiz (Filipinas); Monseñor Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago de chile; Monseñor Cornelius Sim, obispo de Puzia de Numidia, vicario apostólico de Brunei; Monseñor Augusto Paolo Lojudice, arzobispo de Siena, Colle di Val d'Elsa - Montalcino; Mauro Gambetti, custodio del convento de Asís (Italia). Los dos primeros Grech y Semeraro pertenecen a la Curia cardenalicia.
El Papa también creará otros cuatro cardenales mayores de 80 años y, por tanto, sin participación en un eventual cónclave. Su nombramiento será una distinción honorífica por su servicio a la Iglesia: Felipe Arizmendi, obispo "emérito" de San Cristóbal de Las Casas; Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia; Monseñor Enrico Feroci, sacerdote de la Parroquia de Santa Maria del Divino Amor en Castel di Leva (Italia) y ex director de Caritas (Roma) y Silvano Tomassi, ex nuncio y observador del Vaticano en la ONU.
Actualmente el número total de cardenales electores es de 119, de los que 64 han sido creados por Francisco. A partir del 28 de noviembre, serán 128 los cardenales que podrán votar en un eventual cónclave, de los 73 habrán sido creados por el Papa argentino, 16 por Juan Pablo II y 39 por Benedicto XVI.
Esta cifra de 128 excluye al ex Prefecto de las Causas de los Santos, Angelo Becciu, que fue obligado a dimitir el 24 de septiembre y a renunciar a sus derechos como cardenal tras haberse visto implicado en un caso de malversación de fondos investigado por el tribunal del Vaticano.
Mons. Celestino Aós confiesa que no se esperaba la noticia
El arzobispo de Santiago de Chile, el español Celestino Aós, ha asegurado que no se esperaba ser nombrado cardenal y he reconocido que incluso llegó a pensar que era "una broma". Además, ha explicado que no le da importancia a la birreta cardenalicia y que lo que realmente le preocupa es "la mochila que llevo en la espalda llena de responsabilidades".
"Haber sido nombrado para formar parte del colegio cardenalicio no aligera el trabajo y no es un privilegio, al revés, aumenta la carga de responsabilidad", ha manifestado en una entrevista con Europa Press. Monseñor Aós concibe su nombramiento como "un apoyo al camino que está haciendo en estos momentos la Iglesia de Chile" después de un periodo negro marcado por la crisis de los abusos sexuales que acabó con la dimisión en bloque de toda la Conferencia Episcopal del país andino.
"Después de la sorpresa, sentí mucha alegría. No tanto por mí, sino por lo que supone para la Iglesia chilena. Es indudable que este gesto del Papa es un estímulo y un apoyo al camino que está haciendo en estos momentos la Iglesia de Chile. Lo veo con gran alegría y responsabilidad", ha afirmado.
Además, ha querido restarse importancia al asegurar que no sabe por qué lo ha elegido el Papa y que a su juicio hay muchos en la Iglesia que "tienen más méritos que yo". "Asumo con gran humildad el nombramiento y con alegría y el deseo de responder de la mejor manera en actitud de servicio hacia la Iglesia y al Papa".
Este capuchino, oriundo de Navarra, ha destacado que la Iglesia de Chile está en estos momentos "mirándose" a sí misma. "Indudablemente mira a sus errores, mira a sus deficiencias, sus dolores grandes que no solo han sido estos horrores de los abusos sexuales, que nunca debieron existir y que no queremos que nunca se repitan", ha destacado.
En marzo del año pasado, tras la renuncia del cardenal Ricardo Ezzati como arzobispo de Santiago, que fue acusado de encubrir las denuncias de abuso en contra del sacerdote católico chileno Fernando Karadima, el Papa francisco lo nombró Administrador Apostólico.
El futuro cardenal español, que es psicólogo y tiene una inmensa experiencia en justicia eclesiástica, ha invitado a cambiar la Iglesia desde dentro sin criticarla: "La Iglesia es nuestra madre, con sus dificultades, con sus problemas y con sus heridas, hay que amarla. No se trata de amar a una Iglesia perfecta o que está en el aire, en teoría, sino de amar a esta iglesia de la que formamos parte y en la que el Señor nos ha puesto". De este modo, ha hecho referencia a una frase de San Francisco de Asís, orden a la que pertenece: "Hacer en la propia vida aquello que se espera que hagan los demás".
Asimismo, ha declarado que la emergencia sanitaria ha sido "un desafío" y ha puesto ejemplos claros: "Nuestros capellanes tuvieron que abandonar los hospitales porque prácticamente todos eran mayores y eran personas de riesgo que podían contagiarse y para sustituirlos se creó un grupo de sacerdotes más jóvenes que voluntariamente se prepararon con todos los sistemas y dispositivos de protección para atender también a los enfermos de coronavirus".
Finalmente ha alabado la labor de la comunidad eclesial chilena en tiempos de pandemia que ha arriesgado "su salud y su vida" para servir a los más vulnerables. Para él, estos gestos concretos son "la belleza de la Iglesia". Y ha agregado: "No somos personas extraterrestres, es la fuerza del Espíritu Santo, la que da la fuerza de Jesús a las personas para llevar la fuera del amor".