Papa Francisco y Emmanuel Macron dialogan sobre Europa y el futuro tras el coronavirus

El presidente renovó también su invitación al Papa para que visite Francia cuando sea posible

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Redacción Religión

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Aproximadamente una hora y media de conversación telefónica entre el Presidente de la República Francesa y representantes de denominaciones religiosas y asociaciones seculares. Un mes después de una conversación similar, Emmanuel Macron quería ver cómo se percibían las medidas de contención y escuchar las observaciones sobre los siguientes pasos desde el punto de vista de los líderes del culto.

Entre ellos estaba el Arzobispo de Reims y Presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) Eric de Moulins-Beaufort, en representación de la Iglesia Católica. También estuvieron presentes el Ministro del Interior y Asuntos Religiosos, así como un representante del Consejo Científico y otro del Consejo Nacional de Ética.

Emmanuel Macron al teléfono con el Papa

Una hora antes, Emmanuel Macron y el Papa Francisco habían hablado durante cuarenta y cinco minutos, según el Elíseo, con el Papa hablando en español. Según la Presidencia francesa, los dos hombres subrayaron su convergencia de puntos de vista sobre la tregua universal, la anulación de la deuda, la solidaridad internacional y Europa.

Ambos líderes comparten posición sobre la condonación de la deuda con los países más pobres. Así lo ha expresado el Pontífice en distintas ocasiones desde que empezara la crisis del coronavirus. El presidente renovó también su invitación al Papa para que visite Francia cuando sea posible. Francisco, que habló en español con Macron, retomaba sus conversaciones con el líder francés casi un año después de su última llamada, justo después del incendio de Notre Dame.

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Una interesante pero complicada Semana Santa

El presidente es consciente, asegura Mons. de Moulins-Beaufort, de que la prohibición de reunirse es "una dificultad, un dolor, una complicación" para todos los fieles, pero también para los miembros del clero. Es lo mismo para las otras confesiones. En lo que respecta a los católicos, el presidente de la CEF señaló que la Semana Santa resultó ser una experiencia "bastante interesante", "que había despertado mucha creatividad" entre muchos, pero que para otros había sido "una experiencia pesada y complicada". También subrayó "el deseo de volver a encontrar algunos contactos y relaciones", siendo muy consciente de las dificultades actuales y de las medidas sanitarias que deben respetarse.

Durante su discurso, el arzobispo de Reims señaló a la atención del Presidente la gran pobreza que afecta particularmente a los migrantes indocumentados que han estado trabajando ilegalmente hasta ahora y que se encuentran sin recursos. También habló de las organizaciones benéficas "que necesitan recuperar la oportunidad de actuar porque las necesidades son muy grandes", expresando su gratitud por no haber límite de edad a la hora de salir del encierro, ya que muchos pensionistas apoyan estas asociaciones.

Los capellanes del hospital

Otro tema abordado por el obispo de Moulins-Beaufort fue el de los capellanes de los hospitales. Los planes de emergencia de los establecimientos hospitalarios han llevado a la remoción del personal no esencial y los capellanes se han visto así privados del acceso a los enfermos.

Afortunadamente, añade, ya desde hace unas semanas es más fácil para los capellanes ir a los hospitales y a las residencias de ancianos. "Este alivio de las limitaciones es beneficioso y permite mostrar que el ser humano no sólo es un cuerpo que necesita ser cuidado, una psique que necesita ser tratada, sino que también es un ser espiritual y que vivir la enfermedad, vivir la muerte, es un acto profundamente humano".