El Papa Francisco no se olvida de la guerra en el Ángelus de este domingo: "Siembra muerte y destrucción"
El Pontífice ha recordado además que "la experiencia de la pandemia enseña que nadie puede salvarse solo, sino que juntos podemos transitar caminos de paz y desarrollo"
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En el Ángelus de este 1 de enero, el Papa no ha querido olvidarse de la guerra en Ucrania en esta 56ª Jornada Mundial por la Paz: “¡No a la guerra, no al rearme!”.
El grito de los ucranianos y de muchas poblaciones asoladas por las agresiones y los conflictos - aquellos que, como dijo en la misa de esta mañana en San Pedro "ya no tienen fuerzas ni para rezar" -, se amplifica desde la ventana del Palacio Apostólico. Es hoy, 1 de enero, el día que la Iglesia Católica dedica a la paz; una decisión, ésta, del Papa Pablo VI que celebró por primera vez en 1968.
Francisco, durante los saludos posteriores a la catequesis, ha recordado la decisión de su predecesor y ha analizado la actualidad: “En este día que san Pablo VI ha querido dedicar a la oración y a la reflexión por la paz del mundo, sentimos aún más fuerte e intolerable el contraste de la guerra que en Ucrania y en otras regiones siembra muerte y destrucción en otras regiones”.
Nadie se salva
Sin embargo, el Pontífice ha exhortado a no perder la esperanza porque, dice, "creemos en Dios y en Jesucristo que nos ha abierto el camino de la paz". Ha recordado además, la experiencia de la pandemia de la covid-19 que -como ya ha subrayado en su Mensaje para la 56ª Jornada de la Paz de hoy -, en medio de las crisis sociales y económicas que ha provocado, ha ofrecido también una lección a la humanidad: “La experiencia de la pandemia enseña que nadie puede salvarse solo, sino que juntos podemos transitar caminos de paz y desarrollo”.
Francisco ha remarcado entonces el grito de sufrimiento sufrido por los ucranianos, donde continúan los lanzamientos de misiles rusos, y por otras poblaciones de África, Oriente Medio y otras zonas de Asia. Pueblos que se han encomendado en la Misa de esta mañana en la Basílica Vaticana a la intercesión de la Virgen María: “En todo el mundo, en todos los pueblos, se alza el grito: No a la guerra, no al rearme. Los recursos vayan al desarrollo: salud, nutrición, educación, trabajo”.
Finalmente, el Papa Francisco, mirando la plaza llena de gente, ha saludado a los miles de fieles reunidos alrededor del árbol y el belén de madera. Banderas y pancartas ondeando entre la multitud con palabras como "No a la guerra" o "Paz en Ucrania".
“Entre las innumerables iniciativas promovidas por la comunidad cristiana, recuerdo la Marcha Nacional celebrada ayer en Altamura tras las cuatro caravanas que llevaron la solidaridad a Ucrania”, ha dicho el Pontífice que además ha saludado con afecto a los voluntarios la Comunidad de San Egidio "que han venido a dar testimonio del compromiso por la paz en todas las tierras, aquí y en muchas ciudades del mundo".