Papa Francisco: "La oración tiene el poder de escribir el destino de la humanidad de modo diferente"

Papa Francisco continuó en su Audiencia General con el ciclo de catequesis sobre la oración

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Redacción Religión

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En la audiencia general, el Papa Francisco continuó con el ciclo de catequesis sobre la oración, resaltando que “la oración tiene el poder de escribir el destino de la humanidad de modo diferente”.

El Santo Padre habló sobre “la oración de los justos”, en la audiencia general de hoy, 27 de mayo de 2020, celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico por la pandemia del coronavirus.

Así, Francisco expuso que en los primeros capítulos del libro de Génesis, “observamos cómo el plan de Dios para la humanidad era bueno”, pero “la presencia del mal se expandía sin remedio”. Adán y Eva “dudaron de las buenas intenciones de Dios y cedieron ante el maligno” y ese mal pasó a la segunda generación: “Caín sintió envidia de su hermano Abel y lo mató”.

De este modo, continúa el Papa, el mal “se fue extendiendo como un incendio que arrasa todo” tal y como demuestran las narraciones posteriores del diluvio universal y de la torre de Babel en las que “se revela una humanidad corrompida y la necesidad de una nueva creación”.

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Escribir el destino de forma diferente

No obstante, el Pontífice subraya que también en la Biblia, “se escribe otra historia, que es menos notoria, pero que representa la redención de la esperanza a través de personas que se opusieron al mal y rezaban a Dios, siendo capaces de escribir el destino de la humanidad de modo diferente”.

Y puso el ejemplo de Abel “que ofreció a Dios un sacrificio de primicias” y de Noé, un hombre justo que “caminó con Dios” y “ante quien Dios cambió su intención de arrasar todo el género humano”.

En estos relatos, se constata “cómo la oración es vivida por una multitud de justos y el poder de Dios pasa por estos hombres y mujeres que, a menudo, son incomprendidos o marginados por sus contemporáneos”. Pero, gracias a su oración, “Dios muestra su misericordia y su bondad al mundo. Su oración trasforma el desierto del odio en un oasis de vida y paz”, concluyó el Obispo de Roma.