El Papa invita a los sacerdotes a vivir su vocación evitando la mundanidad: "Servir en solidaridad"
El Papa se ha reunido este jueves con el Instituto Secular de Sacerdotes Misioneros de la Realeza de Cristo: "Laicidad no es sinónimo de secularidad"
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El Papa Francisco ha recibido en audiencia este jueves a una nutrida representación del Instituto Secular de Sacerdotes Misioneros del Reinado de Cristo, fundado por el padre Agostino Gemelli en 1953, hace poco más de 70 años. En los últimos años, los nuevos miembros son principalmente sacerdotes de Guinea, Burundi, Ruanda y otros países africanos. Y en Burundi se está creando un centro de formación que lleva el nombre del obispo Courney, el nuncio apostólico asesinado en ese país.
Francisco ha aprovechado este encuentro para subrayar “el valor de la laicidad en la vida y el ministerio de los sacerdotes”: “Laicidad no es sinónimo de secularidad. La secularidad es una dimensión de la Iglesia, llamada a servir y a dar testimonio del Reino de Dios en este mundo”.
El carisma franciscano, encarnado en el trabajo de los miembros del Instituto, es el de la minoridad: "Así los forma para el servicio humilde, disponible, fraterno – ha subrayado el Papa -, y lo hace según el modelo de la realeza de Cristo, que consiste en servir, en donarse generosamente, en pagar en persona, en solidaridad con los pobres y excluidos. Realeza y minoridad: en Cristo son una sola cosa, y san Francisco da testimonio de ello".
“Me gusta una expresión de su oración al Sagrado Corazón de Jesús, donde dice: "Seamos solidarios y amigos del pueblo, apóstoles de la simpatía y de la verdad, para que el Evangelio se convierta en el corazón del mundo". "Apóstoles de la simpatía y de la verdad". Hermosa expresión, que repetís cada día para confirmar vuestro voto de apostolado, convencidos de que, unidos a Cristo en el Espíritu Santo, se es apóstol sobre todo con la propia humanidad, con esas virtudes humanas que describe el concilio Vaticano II: sinceridad, respeto de la justicia, fidelidad a la palabra dada, amabilidad, discreción, firmeza de ánimo, ponderación, rectitud”.
Al final del encuentro, el Papa ha pedido que la fidelidad a su vocación les preserve de dos tendencias muy difundidas hoy, incluso entre los sacerdotes: la autorreferencialidad y la mundanidad: “Ninguno de nosotros es completamente inmune a ellas. Debes reconocerlo y reaccionar con la gracia del Señor”.