El Papa reitera la urgencia de actuar por el medio ambiente: "Se necesita cambiar el modo de vivir"

El cardenal secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, ha leído este domingo el mensaje del Papa en la inauguración del "Pabellón de la Fe" en Dubái, en el contexto de la COP28. Ha sido el primer encuentro de este tipo en el corazón de una COP y “muestra que todo auténtico credo religioso es fuente de encuentro y de acción”.

Sobre estas dos palabras ha reflexionado el Papa Francisco en su discurso leído por Parolin. En primer lugar, encuentro: “Es importante reunirnos, más allá de nuestras diferencias […] para recordarnos a nosotros mismos y al mundo que, como peregrinos acampados en esta tierra, estamos obligados a cuidar la casa común. Las religiones, en cuanto conciencias de la humanidad, nos recuerda que somos criaturas finitas, habitadas por la sed de infinito”.

“Cuidar la vida también significa oponernos al delirio de omnipotencia voraz que está devastando el planeta”, ha subrayado Francisco en su discurso. El Papa ha lamentado que cuando el ser humano se considera “señor del mundo” se deja “embelesar por las cosas que pasan”: “Incapaz de llorar y de compadecerse, se encierra en sí mismo y, erigiéndose más allá de la moral y de la prudencia, llega a destruir incluso aquello que le permite vivir”. Francisco ha pedido que el “Pabellón de la Fe” sea “un lugar de encuentro”, y que las religiones sean siempre “lugares de acogida”.

El segundo tema clave del credo religioso es “la acción”: “Es urgente actuar en favor del medio ambiente, pero no basta sólo con emplear más recursos económicos; se necesita cambiar el modo de vivir y por eso es preciso educar en estilos de vida sobrio y fraternos”.

“Esta es una acción irrenunciable para las religiones, que también están llamadas a educar en la contemplación, porque la creación no es sólo una realidad que debemos preservar, sino un don que hemos de acoger”, ha afirmado Francisco. El Santo Padre ha lamentado que “un mundo sin oración dirá muchas palabras, pero, carente de compasión y de lágrimas, vivirá sólo de un materialismo hecho de dinero y de armas”.

Al final de su discurso, Francisco ha vuelto a reflexionar sobre los temas interdependientes de la paz y del cuidado de la creación: “Está a la vista de todos cómo las guerras y los conflictos dañan el medio ambiente y dividen a las naciones”.