El Papa visita el barrio gitano más grande de Europa en la ciudad eslovaca de Kosice
En estos momentos viven en Eslovaquia cerca de 440.000 personas de etnia gitana. De ellos casi un 20% se encuentra en situación de extrema pobreza.
Roma - Publicado el - Actualizado
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En el barrio Lunik IX, de Kosice, la segunda ciudad más importante de Eslovaquia, viven hacinadas cerca de 4.500 personas de etnia gitana en lo más parecido a un gueto. En 2013 los vecinos de los barrios cercanos decidieron levantar un muro de hormigón de 3 metros de altura para aislarlos, del que hoy apenas quedan restos. La visita del Papa a este barrio no ha sentado muy bien al resto de habitantes de una ciudad en la que como ocurre con el resto del país, hay mucho racismo.
Casi todos los habitantes de este barrio, el más pobre de la ciudad son gitanos. Muchas de las casas se encuentran en estado ruinoso, pero no tienen otro lugar donde trasladarse. Tampoco disponen del aislamiento adecuado para protegerse del frío, por lo que son frecuentes los incendios cuando en invierno encienden hogueras dentro de los hogares para calentarse. La basura acumulada hace insalubres las calles y proliferan enfermedades erradicadas en Europa.
El paro está a la orden del día y por este motivo los salesianos, que se encuentran en el barrio desde 2008 han impulsado un centro educativo para dar formación a los niños, con el deseo de que en un futuro cercano puedan cambiar la suerte de sus familias.
Para preparar el viaje llevan días rezando una novena a los beatos gitanos españoles Ceferino Giménez y Emilia Fernández, un ejemplo de que algunos de los suyos dieron su vida por la fe, defendiendo incluso con su vida a quienes no pertenecían a su etnia.
Durante la visita de Francisco una coral de 35 niños y jóvenes cantará para él en romaní. El propio Francisco también pronunciará algunas palabras en romaní y la oración del padrenuestro será recitada en esta lengua.
¿Por qué se construyó un muro para aislar el barrio?
Cuando los comunistas checoslovacos llegaron al poder en 1948, aplicaron una política de integración forzosa, reubicando con frecuencia a los gitanos en casas mal construidas casi siempre en las afueras de las ciudades.
Viendo el estado del barrio que visitará Francisco nadie diría que en los años ochenta, cuando Kosice formaba parte de Checoslovaquia, en esta parte de la ciudad convivían muchos vecinos de clase media en armonía, puesto que se construyó en 1980 para militares, policías y familias romaníes.
Tras la caída del muro de Berlín, cuando el régimen comunista checoslovaco se vino abajo y en 1990 se celebraron las primeras elecciones democráticas, el país sufrió innumerables cambios sociales. En este barrio fueron concentrándose todos los que no podían permitirse vivir en el centro de Kosice, la mayoría de etnia gitana. El resto de los vecinos terminó por trasladarse a otras zonas y el resultado final fue que Lunik IX acabó convertido en un auténtico gueto.
A iniciativa de un grupo de vecinos del barrio colindante, Lunik VIII, durante el verano de 2013 se construyó un muro, que, aunque hoy en día no sirve para aislar, puesto que se permite libre circulación, marcó una importante brecha entre los habitantes de la ciudad. Hoy en día la discriminación racial entre los barrios se mantiene. En 2016, por ejemplo, se pusieron en marcha patrullas ciudadanas nocturnas para proteger la zona de supuestos robos.
La crisis del coronavirus puso en evidencia el trato discriminatorio que reciben los gitanos en regiones pobres de Eslovaquia. Algunas ONG han denunciado que a los miembros de esta minoría se les ha obligaba a pasar la cuarentena en instalaciones poco adecuadas, mientras que al resto de eslovacos se les reservaba plaza en centros hospitalarios.
Según datos de Amnistía Internacional, de los 33 asentamientos gitanos segregados en Eslovaquia, al menos un 23% no tiene agua corriente de ningún tipo y un 50% no tiene acceso a agua potable.
Un Papa en el barrio gitano más grande de Europa
Para la llegada del Papa se ha preparado un podio muy sencillo, al estilo que tendrá la reunión y de los gustos del Pontífice. Le espera una alfombra roja y todos los lados del escenario estarán abiertos, por lo que podrá ver los alrededores directamente a través de ellos. El perímetro del escenario está decorado con adornos florales.
Los niños del barrio han diseñado un gran panel con flores transformadas en tela, que también se ha imprimido para acompañar el texto de la Novena de oración con la que han preparado la visita.
Una población perseguida
Se calcula que el 90% de los gitanos checos murieron durante la "solución final de la cuestión gitana" cometida por la Alemania nazi y sus aliados. Se cree que, entre 220.000 y 500.000 gitanos, entre el 25% y el 50% de toda su población en Europa, murieron durante el Holocausto gitano, o "Porajmos", que se recuerda cada año el 2 de agosto.
Más tarde, durante la ocupación comunista, entre 1966 y 2012, miles de mujeres gitanas fueron esterilizadas ilegalmente por el Estado. El gobierno de la entonces Checoslovaquia promulgó una política oficial de esterilización. Las autoridades calificaban a las mujeres gitanas de "culturalmente inferiores".
El Centro Europeo de Derechos de los Gitanos documenta que en ocasiones se entregaban a las mujeres gitanas formularios de consentimiento para que los firmaran mientras se les practicaba una cesárea o cualquier otra intervención quirúrgica, y lo que realmente firmaban sin saberlo era el permiso para la esterilización.
En 2005, se produjo uno de los primeros juicios de resarcimiento cuando una mujer gitana denunció que había sido esterilizada sin saberlo apenas cuatro años antes. Los tribunales le dieron la razón, pero dictaminaron que el hospital sólo tenía que pedir disculpas, no indemnizarla. Finalmente, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos volvió a darle la razón, las autoridades checas llegaron a un acuerdo extrajudicial y le entregaron 10.000 euros por daños y perjuicios. El Día Conmemorativo del Holocausto Romaní recuerda los sucesos que ocurrieron del 2 al 3 de agosto de 1944, durante los que casi 3.000 romaníes (principalmente mujeres, niños y ancianos) fueron asesinados en el campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau.