La tradición que revela quién fue el primer obispo de Marsella: "Sobrevivió a un viaje milagroso"
Difundida a partir del siglo XIII, asegura que al inicio de la persecución de los primeros cristianos, Lázaro, junto a sus hermanas Marta y María, partieron hacia la Provenza
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Una antigua tradición difundida a partir del siglo XIII asegura que tras la crucifixión y el inicio de la persecución de los primeros cristianos, los judíos lanzaron al mar en una nave sin vela ni timón a los hermanos Marta, María y Lázaro de Betania junto a algunas santas mujeres y discípulos. Tras sobrevivir a un viaje milagroso desembarcaron en la Provenza, en un lugar llamado ahora Saintes-Maries. Ahí se separaron para evangelizar la Galia. Lázaro se dirigió a Marsella, y, tras conseguir bautizar a un numeroso grupo de habitantes de la ciudad, se convirtió en el primer obispo.
Durante la primera persecución bajo el Emperador Nerón se escondió en una cripta, sobre la cual se construiría posteriormente en el siglo V la famosa Abadía de San Víctor. La tradición asegura que en aquella misma cripta fue enterrado tras ser decapitado en tiempos del emperador Domiciano. Cuando fue ajusticiado, en un primer momento su cuerpo fue trasladado a Autun, y sepultado en la catedral, pero los pobladores de Marsella aseguran que se quedaron con su cabeza, que hoy en día sigue siendo objeto de veneración.
En la cripta de San Víctor en Marsella se ha descubierto un epitafio del siglo V en el que se asegura que un obispo llamado Lázaro fue sepultado allí. Las ultimas investigaciones arqueológicas consideran que se refiere realmente a Lázaro, obispo de Aix, consagrado en Marsella en torno al 407. Este obispo pasó un tiempo de su vida en Palestina y es probable que de aquí surja la confusión y haya dado origen a la leyenda.
La relación de los Papas con Marsella
Dos Papas han dejado su huella en la historia de Marsella: Urbano V de Lozère y Clemente VII de Florencia, ambos vinculados a la abadía de San Víctor de Marsella.
Guillaume Grimoard, originario de Lozère, fue abad de la prestigiosa abadía de San Víctor durante un periodo medieval floreciente para Marsella, entonces en la vanguardia del monacato provenzal. El abad marsellés fue elegido Papa el 28 de septiembre de 1362, durante una misión diplomática en Nápoles. En el siglo XIV, el reino partenopeo mantenía estrechos vínculos con el condado de Provenza. El futuro Papa se hizo inmediatamente a la mar, llegó a Marsella un mes más tarde y se dirigió a Aviñón, donde fue coronado el 6 de noviembre de 1362.
Se convirtió en el 200º sucesor de Pedro y el 6º desde que la capital de la Cristiandad se trasladó a Aviñón. Pero Urbano V fue quien quiso devolver el papado de las orillas del Ródano a las del Tíber. Fue un éxito efímero. Tras las guerras entre Francia e Inglaterra que perturbaron Roma, Urbano V se vio obligado a regresar a Provenza, donde murió en Aviñón en 1370. Sus restos fueron trasladados a la abadía de San Víctor de Marsella, pero la tumba desapareció antes de la Revolución Francesa. Una réplica de la estatua yacente de Urbano V se conserva y venera actualmente en San Víctor.