De Bergoglio a Francisco: el pensamiento del Papa ante los retos del siglo XXI
Sin alterar la Doctrina Católica, el Pontífice ha renovado la Iglesia pronunciándose sobre temas controvertidos como el aborto, la homosexualidad, la violencia de género o la ecología.
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Más que predicar con palabras, lo hace con gestos. Han pasado cinco años desde que el cardenal Bergoglio fue elegido sucesor de Pedro, y su pontificado es el del discernimiento. Defiende que la Iglesia no debe ser una institución de selectos que se mira a sí misma, sino un Padre con las puertas abiertas a todos. Sin alterar la Doctrina Católica, ha adaptado el mensaje al momento actual, saliendo de los márgenes convencionales y prescindiendo de respuestas demasiado rígidas.
Francisco es el Papa de las periferias, no solo de las físicas, también de las existenciales: las del pecado, las del dolor, las de la injusticia o las del pensamiento. Es un pastor misionero que prioriza en las personas más vulnerables, como los refugiados de la guerra siria o los “dreamers” de Estados Unidos –800.000 personas que llegaron ilegalmente al país siendo niños y que ahora podrían ser deportados-. Su discurso se dirige, sobre todo, a los pecadores, no tanto a los sanos como a los alejados.
“Francisco sigue la línea de Juan Pablo II de que la fe no se impone, se propone”, dice Fernando Jiménez, profesor de periodismo en la Universidad Ceu San Pablo. Según explica, “sin dejar de lado ni la doctrina ni la moral de la Iglesia, abre las puertas a quien está fuera, no para decirle que todas las acciones son válidas, sino para manifestarle que aunque no pueda compartir todos los preceptos del catolicismo, la Iglesia lo acoge”.
Esta reformulación hace que “rompa esquemas”, explica José Francisco Serrano Oceja, que además de escribir en el diario ‘ABC’, es profesor de periodismo en la Universidad Ceu San Pablo. “A nivel teológico, el Papa tiene pocos documentos –cuenta con dos encíclicas: “Lumen Fidei” (2013) y “Laudato Si” (2015)-. Plantea las cuestiones en las homilías de Santa Marta y en sus encuentros con los fieles, lo que obliga a salir de la acomodación para reflexionar”, especialmente en materias como la pobreza y el papel de la economía, la ecología, el drama de los migrantes, el aborto, la familia o el divorcio, la homosexualidad o la promoción de la mujer.
EL CAPITALISMO Y LA EVASIÓN FISCAL
En el plano económico, el Papa pone el acento en la persona frente al dinero. Critica que el 2% de la población mundial concentre la mitad de la riqueza mientras 800 millones de personas viven en la pobreza extrema. “Cuando el capitalismo hace de la búsqueda de beneficios su único objetivo, se convierte en una estructura idolátrica. El mejor modo de no convertir el dinero en un ídolo es compartirlo”, dijo en una audiencia con más de 1.000 empresarios en el Vaticano. Por eso, aboga por la “Economía de la Comunión”, un sistema que nació en Brasil en 1991 y que busca repartir los beneficios empresariales para que no haya ninguna persona en situación de necesidad.
El Papa ha señalado que la evasión fiscal constituye una “negación de la solidaridad” que, “además de constituir un acto ilegal, es un acto que niega la ley básica de la vida: la ayuda recíproca”, y ha criticado que el principal problema ético que plantea el capitalismo es la creación de personas sin recursos a las que luego esconde. “Las casas de juego financian programas para ayudar a los ludópatas que ellos mismos crean”, ejemplificó.
El profesor Fernando Jiménez explica que “el análisis económico del Papa se basa en la Doctrina Social de la Iglesia. Hay estructuras económicas que oprimen, ya sean esclavistas o totalitarias, y ahí centra su discurso”. En su opinión, “esta actitud ha molestado a algunos católicos que han asumido las tesis liberales y del capitalismo como dogma de fe”. Sin embargo, “oponerse a ellas no es abrazar los postulados del comunismo sino defender la dignidad humana. La Doctrina de la Iglesia es contraria a la ideología, aunque a veces se aproxime a unas ideas u otras”, argumenta.
EL ABORTO
“Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave porque pone fin a una vida humana inocente”, escribió el Papa en la carta apostólica “Misericordia et misera” (2016). “Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar”.
A pesar de que el Canon 1398 dispone que quien procura el aborto incurre en excomunión, una medida que deben levantar los obispos, el Papa ha autorizado a los sacerdotes a absolver a las personas arrepentidas. “Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa”, señaló Francisco.
Como recuerda Jiménez, “el Papa no relativiza el pecado. El aborto es pecado y Francisco lo ha manifestado claramente, pero muestra una actitud de apertura al perdón. Busca que los fieles sean conscientes de que ser cristiano no es solo seguir unos preceptos ni obedecer ciegamente porque sí, sino que implica discernimiento”.
LA FAMILIA, EL DIVORCIO Y LA VIOLENCIA SOBRE LA MUJER
El Papa Francisco defiende que “los sacramentos no están para adornar la vida”, explica el profesor del CEU Fernando Jiménez. Por eso, incide en que los cristianos deben sentir la necesidad de unirse en matrimonio para acogerse, uno al otro cada día, y perdonarse. La celebración es accesorio, lo vital son la atención y los cuidados mutuos.
Pese a la creencia de que los divorciados que han vuelto a tener pareja están excomulgados, el Papa ha dicho que "forman parte siempre de la Iglesia". Una declaración que ha causado revuelo, pues la Doctrina sostiene que quienes se divorcian contradicen el sacramento del matrimonio. Francisco se dijo sabedor de esta situación, pero entiende que la Iglesia no debe excluir a nadie sin antes valorar las circunstancias del caso concreto.
En lo que respecta a la violencia de género –la que se ejerce contra la mujer por el simple hecho de serlo- y la violencia doméstica –la que se produce en el ámbito familiar y puede sufrir cualquier miembro del núcleo-, el Papa Francisco ha señalado que debe evitarse toda interpretación inadecuada de la carta a los Efesios, donde se pide que las mujeres estén sujetas a sus maridos. “San Pablo se expresa aquí en categorías culturales propias de aquella época, pero nosotros no debemos asumir ese ropaje cultural”, dijo. En este sentido, ha denunciado “la vergonzosa violencia que se ejerce sobre las mujeres” y ha señalado que “el maltrato familiar no constituyen una muestra de fuerza masculina sino una cobarde degradación”.
LA HOMOSEXUALIDAD
“Si una persona es gay y busca al Señor y está dispuesto a ello, ¿quién soy yo para juzgarla?”, dijo el Papa Francisco parafraseando el Catecismo de la Iglesia Católica. “La gente no debe ser definida solo por sus tendencias sexuales”, afirmó.
Como recuerda Fernando Jiménez, la actitud del Papa bebe de la Doctrina de la Iglesia. “Una cosa es denunciar lo que es el pecado y otra el juicio, que corresponde a Dios”. En este sentido, aclara que “la tendencia a la homosexualidad no es pecado, sino el acto en sí", y señala que “también lo es las relaciones sexuales entre heterosexuales de forma previa al matrimonio”.
El Papa es consciente de que el comportamiento de muchos católicos ha causado sufrimiento a los homosexuales debido a actitudes, “cuando no de rechazo o superioridad, de burla manifiesta, y es ahí donde ha decidido llamar la atención”, explica Jiménez. Por eso ha dicho que prefiere que “los homosexuales acudan a la confesión, que estén cerca del Señor”.
LA ECOLOGÍA
Por primera vez un Papa coloca en el centro de la vida de la Iglesia el cuidado del planeta Tierra, al que Francisco llama la casa común. Lo hace en la encíclica "Laudato Si", donde integra la ecología de la naturaleza con la ecología humana, y habla de la necesidad de comprometerse social y ambientalmente con el medio. “El ser humano se las arregla para alimentar todos los vicios autodestructivos: intentando no verlos, luchando para no reconocerlos, postergando las decisiones importantes, actuando como si nada ocurriera”, dice.
A este respecto, el periodista Francisco Serrano Oceja señala que “el Papa está respondiendo a los grandes retos del futuro, no solo del cristianismo, también de la humanidad. En un momento en que los avances científicos aplicados a la naturaleza interpelan a la fe respecto cuál es el papel del Dios creador, el Papa plantea una reflexión sobre lo mas inmediato de la creación, que es la relación del ser humano con el hábitat”
MEDIACIÓN INTERNACIONAL
“Si el Papa sigue así volveré a rezar y regreso a la Iglesia”, dijo Raúl Castro con ocasión de la mediación que el Pontífice realizó entre el presidente de Cuba y el exmandatario de Estados Unidos, Barack Obama. No solo ha aproximado posturas entre estos dos países, también lo ha intentado en Venezuela, y recientemente en China, donde después de setenta años de relaciones congeladas por la represión de Mao Zedong a los católicos, se prepara un acuerdo entre el Vaticano y el Gobierno de Xi Jinping en cuanto al nombramiento de obispos de la Asociación Patriótica Católica China y de la Iglesia de Roma.
No son los únicos casos, pero revelan el carácter de Francisco, “un Papa conciliador”, dice Oceja. Como sucedió con Juan Pablo II en el enfrentamiento por el Canal de Beagle o durante la caída del Muro de Berlín, “este Papa juega un papel destacado que permite contribuir a la legitimación de procesos de paz”.
LA PEDERASTIA
Francisco asumió las riendas de una Iglesia sacudida por los casos de abusos sexuales a menores por curas pedófilos. Durante este periodo ha pedido perdón a las víctimas y ha asegurado que tales prácticas constituyen una “absoluta monstrualidad”.
El profesor Fernando Jiménez señala que “el Papa está dando pasos importantes, poniendo luz y taquígrafos, y está intentando cambiar actitudes de obispos que protegían a sacerdotes, lo que ha hecho mucho daño a las víctimas y a la propia Iglesia”. A su juicio, es necesario encontrar la reparación y “anticiparse para que esto no vuelva a ocurrir”.