Las 10 marchas más emocionantes para vivir con pasión la Semana Santa
Los pasos llevan asociadas notas cuidadosamente seleccionadas que nos ayudan a vivir la muerte y resurrección de Jesús
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Sería difícil entender la Semana Santa sin música. Los pasos suelen llevar asociadas unas notas cuidadosamente seleccionadas que ayudan a reforzar los sentimientos de pasión, dolor, perdón, tristeza y esperanza. Y cuando no lo hacen, su ausencia es estremecedora, como ocurre con el Paso de los Desesperados. El único sonido que se escucha es una campana y los golpes de una cruz de hierro que marca el ritmo de la procesión.
“Hosanna in Excelsis”
Del alicantino Óscar Navarro, esta marcha se estrenó en 2009 y está considera como la Marcha procesional por excelencia del siglo XXI. Forma parte del repertorio fundamental de la música procesional de los últimos años. Aunque recoge el testigo de los primeros autores, desarrolla todos los conjuntos instrumentales, tanto timbricamente como expresivamente. Quedó finalista en el concurso Memorial Font de Anta de Sevilla.
“Mater Mea”
Su autor, Ricardo Dorado, crea en esta obra un arquetipo de marcha procesional fúnebre. La armonización y la economía de los elementos hacen de ella una página imprescindible para cualquier banda de música.
“Jerusalén”
Marcha procesional del maestro José Vélez García, fue compuesta en 1999. Se trata de una marcha muy emotiva, llena de matices y recursos, que sorprende cuando la escuchas.
“Solea, dame la mano”
Marcha compuesta por el músico sevillano Manuel Font de Anta en 1918 e instrumentada por su padre, Manuel Font Fernández. Está dedicada a los presos de la cárcel de la calle Pastor y Landero y tiene influencias del flamenco, del cante jondo y del folclore andaluz.
“Amarguras”
Manuel Font de Anta compuso Amarguras alrededor de 1919. Se trata de una marcha llena de emoción y una fuerza que contagia con la amargura y el dolor de la Pasión.
“Margot”
Escrita por Joaquín Turina Pérez y Antonio Domínguez Fernández, esta marcha marcó una época y es imprescindible en los pasos de la Semana Santa.
“Getsemaní”
De Ricardo Dorado, es una marcha sobria, sencilla, solemne y profunda. Dorado estudió con maestros de la talla de Joaquín Turina y Manuel de Falla. En los últimos años de su carrera se dedicó principalmente a la enseñanza y a la composición.
“Palio Blanco”
Compuesta por Miguel Sánchez Ruzafa, esta marcha se define por sus pasajes con unos pianos sobrecogedores.
“La Madrugá”
Es una de las piezas más populares de la Semana Santa y es obra de Abel Moreno. Sin duda, una de las marchas de más arraigo para el compositor, que ha sido tocada de multitud de maneras, incluso llegando a la gran pantalla.
“Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono”
Escrita por Francisco Herrera Míjez, fue compuesta en 1984. Está dedicada al Cristo del Desamparo y Abandono de la Hermandad del Cerro de Sevilla.